Cuatro castillos escondidos en las sierras de Córdoba

Como si se tratara de algún cuento infantil o una serie de la realeza europea, varios castillos se esconden en diferentes rincones de las sierras de Córdoba, legados de la Belle Époque de la provincia. En la actualidad, algunos de ellos están abiertos al público, como museos o centros comerciales, y otros se convirtieron en hoteles de lujo o espacios para disfrutar del confort.

Grupo Edisur te invita a conocer cuatro de estas edificaciones, que han logrado mantenerse en el tiempo y aún lucen majestuosas.

Castillo San Possidonio: un eterno romántico

A principios de la década del 1900, el arquitecto italiano Augusto C. Ferrari se instaló en la provincia de Córdoba, haciendo grandes aportes arquitectónicos, entre los que se destaca el Castillo San Possidonio, en Villa Allende. 

La fortaleza fue construida entre 1932 y 1936, y lleva este nombre por la ciudad natal de su creador. El edificio, que está a la vera del arroyo, tiene una fuerte impronta romántica, coronada por la hiedra que recubre sus muros. Tiene una altura total de 25 metros, cinco niveles desde los sótanos hasta la torre y capacidad de alojamiento de 14 a 19 personas. 

Castillo San Possidonio en Villa Allende. Foto: Gobierno de Córdoba / Grupo Edisur.

Se distinguen sus pasillos angostos, escalera caracol, balcones techados, almenas (puntas de piedra de las torres), columnas, comedor iluminado por una señorial araña con flecos y enormes espejos con marcos dorados, que recrean una imperdible atmósfera medieval.

En el predio se realiza cada año el Festival de la Solidaridad y otros eventos públicos. En la actualidad, la construcción funciona como hotel, pero cada detalle se mantiene tal y como se diseñó en su origen.

Castillo de Wilkins: una obra artesanal

El Castillo de Wilkins es una fortaleza de piedra, obra del arquitecto yugoslavo Reljak, que se construyó a comienzos del siglo XX bajo el nombre de San Alberto. La obra demandó 26 años y la labor de 50 picapedreros de la zona, que cincelaron a mano y pacientemente cientos de bloques de rocas que fueron superpuestos, uno a uno, como si se tratara de un rompecabezas.

Castillo de Wilkins en Tanti. Foto: Gobierno de Córdoba / Grupo Edisur.

La construcción artesanal, que destaca sobre todo en el paisaje invernal de la localidad de Tanti, tuvo cuatro dueños diferentes, hasta que fue adquirida por el cantante pop puertoriqueño, Wilkins, quien abre las puertas del lugar durante varios fines de semana del año para que los interesados puedan recorrer sus pasillos.

Castel Fontana del Moro: un clásico medieval

Ubicado en el camino a Falda del Carmen, el Castel Fontana del Moro es una construcción de estilo centroeuropeo, especialmente diseñado como establecimiento para la realización de eventos y alojar algunos pocos huéspedes.

Castel Fontana del Moro en camino a Falda del Carmen. Foto: Gobierno de Córdoba / Grupo Edisur.

El predio cuenta con 100 hectáreas y el castillo posee una fuerte impronta medieval en sus torres, los piletones que rodean la construcción y sus imponentes escaleras caracol en el interior.

Castillo de Mandl: un refugio serrano

Alrededor del año 1920, el médico rosarino Bartolomé Vasallo mandó a construir una residencia veraniega con formato de fortaleza en La Cumbre. En ese entonces, la obra contaba con torres y almenas, y era conocido como “el fuerte”. Una década después, pasó a manos del aristócrata austríaco Fritz Mandl, quien buscaba refugiarse en la Argentina de los peligros de Europa.

Castillo de Mandl en La Cumbre. Foto: Gobierno de Córdoba / Grupo Edisur.

El nuevo propietario realizó una remodelación plena de modernismo para la época, con características del inconfundible sello del diseñador francés Jean Michel Frank, cultor del minimalismo en el siglo XX. Así, perdió algunas características de fortaleza, pero sirvió de atracción para numerosas personalidades europeas.

El castillo permaneció cerrado durante algunas décadas luego de la muerte de Mandl, pero finalmente fue restaurado con la finalidad de utilizarlo como residencia temporal, y ofrecer a sus huéspedes el encanto del lugar a través de su espléndida arquitectura y de la calidez de sus ambientes.

Estas construcciones se suman a los incontables atractivos culturales y turísticos que tiene Córdoba dispersos en toda su extensión. Verdaderas estructuras gigantescas de estilo medieval que engalanan los rincones serranos.

Fuente: Gobierno de la Provincia de Córdoba.

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