Crecer cuando todo se seca: la resiliencia de un proyecto verde en Córdoba

En un país atravesado por crisis económicas recurrentes, cambios climáticos extremos y un crecimiento urbano acelerado, sostener proyectos de impacto ambiental requiere resiliencia, planificación y capacidad de adaptación. Forestar no es solo plantar árboles: implica producirlos, cuidarlos, generar conciencia y acompañar a las personas en el proceso.

BAUM, empresa cordobesa de triple impacto, trabaja desde hace años en la producción de flora nativa, la forestación urbana y la educación ambiental. En ese recorrido, se encontró con desafíos estructurales: barrios que nacen sin árboles, falta de cultura de mantenimiento de los espacios verdes y la necesidad de ofrecer soluciones accesibles y sostenibles para vecinos, empresas y desarrollos urbanos.

Lejos de detenerse, BAUM decidió ampliar su propuesta. A la forestación y producción de plantas se sumaron servicios integrales de parquización, mantenimiento de jardines, poda y asesoramiento técnico, entendiendo que el cuidado del verde no termina con la plantación, sino que es un proceso continuo.

Esta evolución se materializa en la inauguración del Vivero Productivo, Educativo y Comercial, un espacio abierto a la comunidad donde se producen plantas, se comparten conocimientos y se brindan soluciones verdes integrales. El vivero invita a los vecinos a acercarse, conocer cómo se reproducen las plantas, aprender sobre el cuidado responsable del arbolado y encontrar acompañamiento profesional para sus espacios verdes.

La propuesta busca algo más profundo que embellecer jardines: fortalecer el vínculo entre las personas y su entorno, generar pertenencia y construir ciudades más habitables. En tiempos donde la resiliencia se vuelve una palabra clave, BAUM apuesta a crecer, adaptarse y abrir sus puertas como parte de la solución. 

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