Inodoros inteligentes en Córdoba: calefacción, aromaterapia y ahorro de agua

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Pedro Arduh es uno de los fundadores de Hafër, una empresa cordobesa que decidió apostar por un rubro poco explorado en el país: la innovación tecnológica aplicada al baño. Su producto estrella es el inodoro inteligente, un dispositivo que ya se utiliza en Japón y China y que ahora comienza a abrirse paso en el mercado argentino.

¿Qué lo hace “inteligente”? Según explicó Arduh en Cadena 3 para el programa La Argentina Posible, estos inodoros incorporan múltiples funciones que optimizan la experiencia diaria: tapa automática con sensor de proximidad, bidet integrado con distintos modos de presión, asiento calefaccionado, aromaterapia, luces nocturnas y descarga automática según el tipo de uso. “Te acercás y la tapa se levanta sola; al alejarte, se descarga y se bajan las tapas. También podés activar la descarga con un botón de pie”, detalló.

Uno de los modelos más sofisticados, llamado Nüvo, incluye una pantalla digital, humidificador y sensores programables, y está pensado tanto para hogares como para espacios con poco lugar, ya que reemplaza al inodoro y al bidet en un solo cuerpo. “Es ideal para baños pequeños o para hoteles que quieran sumar confort y diseño”, explicó el emprendedor.

Los precios actuales van desde el millón de pesos hasta 1,8 millones, según el modelo. El más económico, Alba, cuesta aproximadamente lo mismo que un combo de inodoro y bidet de alta gama, pero con muchas más prestaciones.

Además del confort, hay una motivación ecológica detrás: los inodoros inteligentes permiten ahorrar agua, ya que la descarga se realiza de forma precisa y eficiente. “El modelo detecta si fue un uso liviano o más intenso y regula la cantidad de agua que usa, lo que representa un gran ahorro a largo plazo”, aseguró Arduh.

La instalación es sencilla y similar a la de un inodoro tradicional, con la única diferencia de que requiere un tomacorriente. Cada equipo incluye instrucciones impresas, un código QR con tutoriales en video y soporte para usuarios. “No hace falta hacer un curso para usarlo”, aclaró el emprendedor entre risas.

Detrás del proyecto hay una anécdota curiosa: la idea nació cuando uno de los socios viajó a Shanghái y se sorprendió por la tecnología aplicada al baño. Al regresar a Argentina, se preguntó por qué, en un país tan habituado al uso del bidet como el nuestro, no existía un producto similar.

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Hoy, Hafër distribuye a todo el país y ya tiene clientes en Chaco, Corrientes, Tucumán y Buenos Aires. “Nuestro perfil de comprador es alguien entre 25 y 55 años que busca darle una vuelta más a su casa, mejorar la experiencia cotidiana en un espacio al que a veces no le damos importancia”, explicó Arduh.

Tecnología, confort y sustentabilidad se combinan en un invento que hasta hace poco parecía cosa del futuro. 

Entrevista de Adrián Simioni y Fernando Genesir

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