Camaño, sobre el swap: "No es gratis, tiene condiciones y costos financieros"

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El economista Gabriel Camaño calificó como “una señal contundente y positiva” la intervención del Tesoro de Estados Unidos en el mercado cambiario argentino, pero advirtió que el salvataje también deja en evidencia “las falencias del manejo monetario y cambiario” del Gobierno.

En diálogo con Cadena 3, Camaño analizó el impacto inmediato que tuvo el anuncio del acuerdo entre el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Besant, y el ministro de Economía Luis Caputo, que incluyó la venta directa de dólares en el mercado argentino.

“Incluso más importante que el anuncio fue la confirmación de que el Tesoro norteamericano intervino directamente en el mercado cambiario argentino. Eso es un ‘whatever it takes’ —cueste lo que cueste— para estabilizar al país”, explicó el economista.

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La noticia provocó una rápida reacción en los mercados: las acciones argentinas en Wall Street subieron más de un 27%, los bonos en dólares escalaron 9% y el tipo de cambio mostró una baja significativa. “La señal fue tan fuerte que el mercado se quedó con eso”, apuntó Camaño.

Según el economista, la decisión de Washington se aceleró por la escasez de divisas locales. “El Tesoro había vendido casi todos los dólares que tenía. En ese contexto, Estados Unidos activó para enviar una señal clara y comprar tiempo hasta el martes, cuando Milei sea recibido por Trump en la Casa Blanca. Ahí debería haber un anuncio más amplio”, puntualizó.

Camaño confirmó que el Tesoro norteamericano vendió dólares y compró pesos en el mercado argentino, lo que “contribuyó directamente a la baja del tipo de cambio”, que cerró en torno a los $1.421.

Sobre el futuro de la política cambiaria, sostuvo que “la banda de flotación sigue vigente”, aunque no descartó una redefinición después de las elecciones del 26 de octubre. “Podría subirse el piso o el techo de la banda, pero hacerlo antes de los comicios no parece conveniente”, dijo.

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Consultado sobre los dichos del economista Ricardo Arriazu —quien advirtió que una nueva devaluación pondría en riesgo la gobernabilidad—, Camaño coincidió en que el tipo de cambio ya se ajustó significativamente.

“El dólar pasó de 1.070 a 1.400 pesos; es un ajuste del 30%. Hoy el problema no es el nivel del dólar, sino la sustentabilidad del esquema monetario y cambiario”, explicó.

En ese sentido, llamó a “una nueva praxis económica” después de las elecciones:“No necesitamos más devaluación, sino menos presión sobre el tipo de cambio y un marco que haga sostenibles los niveles actuales de rentabilidad”.

Finalmente, Camaño destacó el respaldo político que implica el apoyo estadounidense, pero recordó que no es gratuito: “Este swap tiene condiciones y costos financieros. Es como activar un adelanto en cuenta corriente. Lo importante es cómo se usa esta oportunidad: el Gobierno tiene una segunda chance, tanto en lo económico como en lo político”.

Y cerró con una advertencia: “El Gobierno logró un apoyo inédito, pero también lo necesitó. Las dos cosas son verdad. Ahora tiene que demostrar que puede aprovecharlo para construir consensos y estabilidad duradera”.

Entrevista de "Informados, al Regreso".

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