El operativo de película de un argentino para rescatar a sus hijos en Brasil

Después de una odisea de casi dos años y un intenso operativo internacional, José María Rosa (50), un microemprendedor porteño, recuperó la tenencia de sus dos hijos menores, F. (11) y F. (6), que habían sido llevados sin su consentimiento a Brasil por su madre, Ilona Grabarczik (51).

Los niños, que vivían en Buenos Aires con su padre, regresaron al país el 24 de diciembre en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, justo a tiempo para pasar Nochebuena en familia. 

La historia comenzó el 23 de febrero de 2024, cuando Grabarczik, de nacionalidad polaca y residente entre Estados Unidos y Europa, se llevó a los chicos supuestamente a las Cataratas del Iguazú. Minutos antes de embarcar, informó al padre por mensaje, y luego desapareció. Días después, se comunicó desde Cuba, aunque nunca llegaron allí. 

Rosa denunció el secuestro parental y, con la intervención de Interpol, los niños fueron localizados en septiembre de 2025 en las calles de Copacabana, Río de Janeiro, en situación de vulnerabilidad: vendiendo objetos y sin asistir a la escuela. 

La Justicia brasileña ordenó su internación en un abrigo estatal para menores, donde permanecieron 65 días bajo asistencia social y psicológica. 

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Rosa viajó inmediatamente a Río el 1° de octubre para reencontrarse con ellos tras casi dos años sin verlos. Durante 84 días en Brasil, vivió en condiciones precarias: primero en una pensión hacinada y luego trabajando como lavaplatos para subsistir, mientras visitaba a sus hijos en horarios restringidos.

En diciembre, una audiencia de conciliación acordó que los niños regresaran a Argentina el 26 de diciembre tras pasar Navidad con la madre. Sin embargo, las autoridades detectaron un nuevo "plan de secuestro": se halló un chip GPS en la zapatilla de uno de los chicos, y Grabarczik había alquilado en secreto un departamento en el mismo edificio de Copacabana donde se hospedaba Rosa, dos pisos abajo.

Además, la madre propuso un encuentro navideño en una isla con facilidades de fuga, lo que fue rechazado.

Ante el riesgo inminente, la Justicia Federal brasileña suspendió la visita extendida y autorizó solo un encuentro supervisado el 23 de diciembre en un shopping. Interpol montó un operativo de emergencia: un agente argentino alojó y custodió a padre e hijos esa noche, y al día siguiente los escoltó al aeropuerto.

Los niños, sin documentación, recibieron pasaportes de emergencia por orden de Migraciones. Viajaron en primera clase y aterrizaron en Buenos Aires alrededor de las 17 horas del 24 de diciembre.

Rosa destacó el apoyo clave de la Fundación Morelli, que lo sostuvo económica y emocionalmente, y agradeció la viralización en redes sociales que ayudó a localizar a los chicos.

Hoy, con una orden de restricción contra la madre en Argentina, la familia busca retomar la rutina. "Pese a todo, los chicos están bien, fuertes y sonrientes", afirmó el padre, quien enfrenta una deuda de seis millones de pesos por los gastos del rescate.

Un final feliz para un caso que, como describió su abogada Ana Paula Mengual, "fue de película". 

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