Mató a su vecino y lo enterró en el patio: desestimaron la hipótesis de legítima defensa y seguirá en prisión preventiva

Un hombre de 56 años que el lunes pasado confesó haber matado a un vecino y luego enterrado en el patio de su casa en San José del Rincón seguirá detenido con prisión preventiva ya que la justicia desestimó por el momento la hipótesis de exceso en la legítima defensa, informaron este jueves voceros judiciales.

Se trata de Eustaquio Retamoso, quien está imputado del homicidio de Sebastián Lillini (48), cuyo cadáver fue encontrado con 19 puñaladas y enterrado en el domicilio del acusado.

Según los voceros, la jueza de la Instrucción Penal Preparatoria (IPP) santafesina, Rosana Carrara, dispuso que Retamoso siga detenido con prisión preventiva y lo trasladen a una unidad penal luego de desestimar el pedido de la defensora oficial Leticia Feraudo para que transite el proceso judicial en libertad o bajo el régimen de arresto domiciliario.

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Por su parte, el fiscal Gonzalo Iglesias, del Ministerio Público de la Acusación (MPA), expuso en la audiencia los detalles del caso y contó que, en la madrugada del lunes último, el propio Retamoso convocó a la policía para confesar que había matado y enterrado en el patio a Lillini.

Debido a las numerosas heridas que presentaba el cuerpo de la víctima, la jueza Carrara desestimó la posibilidad de un exceso de legítima defensa y consideró que "el dolo en matarlo está presente" con los elementos acumulados en la causa.

El crimen ocurrió en una precaria vivienda situada en Vicente Zarza y el terraplén de barrio Los Espinillos, en la ciudad de San José del Rincón, lindante con la capital santafesina.

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El acusado, que se ocupaba en changas de albañilería y la venta de pan y empanadas, indicó que el domingo por la tarde había estado tomando bebidas alcohólicas con Lillini, quien lo atacó cuando lo sorprendió robándole dinero.

De acuerdo a esa versión, el imputado se ausentó de su casa para hacer un mandado y a su regreso sorprendió al vecino robándole, tras lo cual se trabaron en lucha.

La jueza Carrara no dio crédito a esa hipótesis en función de que el cadáver de Lillini tenía 19 heridas cortopunzantes en diferentes lugares, en tanto Retamoso presentó seis.