La guerra del streaming

María Rosa Beltramo

A medio camino entre la indignación y el desencanto, los estudios Disney cargaron contra la “cruel indiferencia” de Scarlett Johansson y le recordaron, para que se entere todo el mundo, que ya depositaron en su cuenta algo más de 20 millones de dólares por su participación en “Black Widow”. La película se transformó en la piedra del escándalo luego de que su protagonista pasara por los tribunales de Los Angeles para interponer una demanda contra sus empleadores por la decisión de proyectarla en Disney Plus, una medida que afecta sus ingresos , atados contractualmente a la taquilla.

La vengativa mención del salario se pareció mucho a la que conmocionó al mundo del deporte en los primeros días del año, cuando tras el burofax de Messi al Barcelona se filtró que el astro argentino cobraba 138 millones de euros por temporada y que al cabo de las que llevaba en el club facturaría la friolera de 555.237.619 euros.

Pero la causa “Johansson vrs. Disney” marca un punto de inflexión en lo que ya se percibía como la guerra del streaming, que empezó hace un par de años pero se manifiesta con virulencia ahora por la nueva realidad que generó la pandemia. Es que hasta el 2019 el cine era una expresión artística y comercial que se manifestaba en la penumbra de una sala y lo demás -la tele, el cable y la transmisión vía internet- derivaciones de un negocio que contribuían a expandirlo sin modificarlo.

Pero el coronavirus cerró los cines , paralizó el rodaje y obligó a los espectadores a permanecer en su casa y, paralelamente, transformó al streaming en una de las pocas actividades florecientes. Sin esfuerzo, aumentó el número de usuarios y la necesidad de sumar contenidos y ofrecer novedades.

Aún los realizadores más remisos a que su obra se redujera al consumo hogareño, se enfrentaron a la tristeza de las salas vacías . Para tener continuidad hubo que acostumbrarse a las plataformas. "Algunos de los más grandes cineastas y estrellas de cine de nuestra industria se acostaron la noche anterior pensando que trabajaban para el mejor estudio de cine y se despertaron para descubrir que lo hacían para el peor servicio de streaming", dijo Christopher Nolan , uno de los que se queja cada vez que puede pero corre el riesgo de quedarse solo.

Scarlett Johansson interpreta a Natasha Romanoff desde que apareció por primera vez en Iron Man 2 de 2010. El contrato para “Black Widow” le asigna un porcentaje de las entradas pero la margina del negocio que se hizo con el estreno de la película a través de Disney Plus.Ese conflicto es el origen del planteo judicial que formuló.

“Para sorpresa de nadie, el incumplimiento del acuerdo por parte de Disney alejó con éxito a millones de fanáticos de los cines hacia su servicio de transmisión Disney+”, dice la demanda que,citando a los propios estudios Disney, consigna además que en el primer fin de semana el streaming le significó un ingreso de 60 millones de dólares.

Forbes sacó la cuenta y arriesgó que si la actriz tiene éxito en los tribunales, podría recibir una compensación de unos 50 millones de dólares. Esto recién empieza pero hay que estar atento a las señales .Se demora el retorno masivo del público a las salas y los productores no quieren arriesgar estrenos con aforo reducido. Si esto sigue así, la industria continuará apostando a las plataformas para no hundirse.