Maquinaria agrícola: entre la recuperación parcial y los límites del crédito

1. Audio. Valeria Piersanti

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2. Audio. Elbio Dolzani

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El sector argentino de maquinaria agrícola cierra 2025 con un balance agridulce. Tras un primer semestre que mostró señales de recuperación, el segundo tramo del año volvió a exponer fragilidades estructurales: tasas de interés elevadas, incertidumbre macroeconómica y una competencia internacional cada vez más intensa. Así lo reflejan las voces empresarias y los datos oficiales que permiten trazar una radiografía precisa del año.

“La primera mitad del año fue mejor, pero a partir de junio se frenaron las operaciones”, resume Valeria Piersanti, vicepresidenta de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (AFAMAC). Según expresó a El Campo Hoy, El aumento de las tasas de interés para financiar la compra de equipos, sumado a la volatilidad cambiaria y al clima preelectoral, impactó de lleno en la demanda. La falta de crédito, advierte, se volvió determinante, sobre todo para el segmento de agrocomponentes, más sensible a la caída de la actividad industrial.

A este escenario se suma la presión de la competencia externa. “Competimos con un Estado, no con empresas en igualdad de condiciones”, señala Piersanti en referencia al ingreso de productos chinos, que tensionan precios y márgenes en el mercado local. Aun así, la maquinaria propiamente dicha logró mostrar un leve crecimiento interanual, lo que evidencia cierta resiliencia del núcleo productivo.

Un año dispar

Desde Santa Fe, Elbio Dolzani, presidente de la Asociación Santafesina Industrial de la Maquinaria Agrícola (ASIMA), coincide en el diagnóstico de un año “dispar”. El último trimestre fue el más complejo, con caídas de ventas superiores al 20%. “Después de la elección en la provincia de Buenos Aires hubo un mes y medio terrorífico: tasas por las nubes e incertidumbre total”, graficó. Sin embargo, relativiza el impacto: en la comparación general, 2025 terminó levemente por encima de 2024.

Los números de la Bolsa de Comercio de Rosario, elaborados a partir de datos del INDEC, aportan contexto. Entre enero y septiembre, la facturación del sector alcanzó los $2 billones a precios constantes de septiembre de 2025, con casi 13.000 unidades vendidas. El monto total se ubicó apenas 0,1% por encima del mismo período del año anterior, aunque 4,8% por debajo del promedio de los últimos cinco años. En volumen, el crecimiento interanual fue del 11%, pero sobre una base históricamente baja, lo que deja al acumulado como el segundo más reducido de los últimos seis años.

El análisis por rubros muestra que los implementos lideraron las ventas (44% de las unidades), seguidos por tractores (39%), sembradoras (11%) y cosechadoras (6%). En valor, los tractores encabezaron la facturación. En cuanto al origen, predominó la producción nacional, aunque las importaciones representaron cerca del 16% de las unidades, la proporción más alta desde 2019.

Las enseñanzas de Agritechnica

Pese a las dificultades, el sector mantiene fortalezas tecnológicas. Tanto Piersanti como Dolzani destacaron la experiencia en Agritechnica, en Alemania, donde las sembradoras argentinas volvieron a posicionarse a la par de los estándares internacionales. “Tenemos una tecnología avanzada y debemos sentirnos orgullosos”, afirmó Dolzani.

Con la mirada puesta en 2026, el consenso es claro: la clave será el crédito. “No se puede pensar en tasas del 50 o 60%”, advierten desde la industria. Un escenario de mayor estabilidad macroeconómica, tasas más bajas y una buena cosecha podría devolver dinamismo a un sector estratégico para el entramado productivo. Mientras tanto, 2025 deja una lección: la recuperación existe, pero es frágil y depende de variables que exceden al taller y al campo.

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