Cómo cayó una temible banda de piratas del asfalto

Juan Federico

Se trató de un golpe de piratas del asfalto como hacía tiempo que no se veía en Córdoba. No porque esta clase de bandas hayan menguado ni mucho menos. Incluso, en los últimos meses, tanto en la provincia como en el resto del país, otra vez las rutas han comenzado a ser escenario cada vez más asiduo de estos ataques. Pero esa vez, hubo algo más: una violencia extrema, brutal, inexplicable y desmesurada, según las palabras de los propios investigadores.

Ocurrió durante la mañana del pasado viernes 27 de agosto. Cerca de las 10, un camión que llevaba alrededor de 20 artículos de reconocidas firmas de electrodomésticos llegó hasta un depósito de calle Estados Unidos al 5000, donde confluyen los barrios Acosta, Colonia Lola y San Vicente, en el este de la Capital cordobesa.

Apenas el camión estacionó, los dos empleados que iban arriba no tuvieron tiempo para más nada: a la par, se le puso otro rodado y distintas pistolas hablaron por sí solas el lenguaje simple de la delincuencia.

Los delincuentes treparon al camión repleto de electrodomésticos. A uno de los empleados lo ataron en la caja. Al otro, lo obligaron a conducir. Le indicaron que, sin intentar ninguna maniobra extraña, se dirigiera hacia el kilómetro 698 de la autopista Córdoba-Rosario. O, sea, apenas se sale de la Circunvalación cordobesa. Allí, le ordenaron detenerse en un descampado próximo a la colectora. Una camioneta Renault Trafic verde ya aguardaba.

Los piratas del asfalto actuaron de manera veloz: pasaron todos los electrodomésticos del camión al utilitario.

Pero esto no fue todo. Antes de marcharse, balearon a los dos empleados que se habían llevado cautivos. Un balazo en el pie a uno, un tiro en la mano del otro. Recién a las 13, un trabajador rural los encontró tirados y con evidentes signos de dolor en un callejón aledaño a la autopista.

"Ya habían robado todo. Los empleados estaban incomunicados porque también les habían llevado sus celulares. Estaban en una zona rural, abandonada. No se entiende por qué los balearon", refirió en aquel momento un experimentado sabueso policial.

El fiscal Alfredo Villegas, quien por estas horas está culminando su último turno antes de asumir como camarista a partir de 2022, supo aquel mismo viernes de agosto que estaba ante una banda difícil. Un desafío para la investigación criminal: ¿quiénes estaban detrás de este violento asalto? La única certeza, además de la brutalidad de los delincuentes, era que en este caso no había existido la improvisación. Un golpe planificado, con datos sensibles en mano de los ladrones.

Los policías de Robos y Hurtos comenzaron a tirar de distintos hilos al mismo tiempo. Uno de ellos, fue la camioneta Trafic, cuyo color verde era especial.

Los empleados baleados dijeron no recordar nada de los ladrones. Ni lograr describirlos ni tampoco poder reconocerlos. Hubo, entonces, algunas dudas sobre ellos. Pero todo se disipó. "Fueron víctimas, no hay dudas", puntualizó una fuente.

Los sabuesos también comenzaron a recorrer las redes sociales, los grupos de venta por internet, con el objetivo de encontrar los electrodomésticos robados.

Y entre todas estas variables, más la activación de un celular que terminó por ser clave, los policías llegaron a tres sospechosos. El lunes último a la mañana, se ordenaron operativos simultáneos en la misma zona este de la ciudad de Córdoba. Dos jóvenes de 25 años y otro de 35 terminaron detenidos.

A dos de ellos, el fiscal les imputa el presunto delito de encubrimiento agravado por el ánimo de lucro y la gravedad del hecho precedente: se sospecha que estaban vendiendo los electrodomésticos robados, además de utilizar al menos uno de los celulares que les robaron a los empleados.

Para el tercer detenido la acusación es más grave: partícipe necesario de robo calificado. Se trata del propietario de una distribuidora de bebidas que tiene una camioneta Trafic verde similar a la descripta en la escena del robo.

Según trascendió, en los operativos de este lunes se secuestró una cocina que ya se verificó que formaba parte del lote de los electrodomésticos robados y también se halló un lavarropas cuya procedencia se está intentando descifrar.