¿Baja un cambio la necesidad de “un cambio”?

Guillermo López

El contexto electoral es claro: todas las encuestas marcan que al menos dos tercios de los argentinos quieren un cambio.

El actual gobierno es visto como la “continuidad” y Sergio Massa lidia con ese contrapeso. Del lado del “cambio” quien quedó con ventaja en las PASO fue Javier Milei (La Libertad Avanza), el outsider del tablero electoral vernáculo que disfruta actualmente las mieles del post 13A.

"En las elecciones generales habrá una disyuntiva fundamental entre cambio y continuidad. Se vota entre esas dos y hoy por hoy votar grises no atrae a nadie, por eso quién y cómo plantee el cambio será decisivo", sintetizó días el politólogo Andrés Malamud en diálogo con Miguel Clariá en el programa Radioinforme 3.

La intensidad y sustentabilidad de ese cambio es lo que comenzó a definirse hace dos semanas y en ese campo de batalla la artillería pesada es el discurso económico.

¿Baja un cambio la necesidad de cambio?

Es evidente: el tono del candidato libertario se modificó tras el triunfo del segundo domingo de agosto. “Ya lograron el 30%, ahora a surfear”, graficó uno de los principales dirigentes cordobeses de Juntos por el Cambio

La dolarización, caballito de batalla en la campaña, ya no es tan clara como antes. Incluso los lugartenientes económicos de Milei difieren en los plazos de su posible aplicación e incluso en los montos que demandaría esa decisión.

El contacto con sindicalistas históricos muestra al León con una estrategia diferente: no percibirlos como casta puede ser útil en una futura presidencia liberal que deberá enfrentarse a organizaciones sociales.

Los empresarios que están dentro de las listas de LLA, tampoco percibidos como élite, comienzan a hablar de un triunfo en primera vuelta y a tener acercamientos con sus pares. 

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“Bimonetarismo” o “dolarización”

Pero la voluntad de cambio también puede ser aprovechada por Juntos por el Cambio.

"Puede quedarse tranquila la sociedad Argentina, hay un plan, hay un programa, es realista, es implementable, tiene sentido común y no es dogmático. (...) Lo único que está prohibido acá es fantasear con teorías que son imposibles de poner en práctica", enfatizó Carlos Melconian en el relanzamiento de la campaña de Bullrich hace 10 días en el Hotel Quinto Centenario en Córdoba.

A la dolarización, cada vez más compleja de aplicar y explicar, se le opone un bimonetarismo (que en realidad sería multimonetarismo), más comprensible de ver. “Te invitan a comer fideos con tuco y no hay fideos ni tuco”, será una metáfora que “Melco” reiterará hasta el hartazgo.

Atrás de esa idea está un sector del empresariado, sintetizado en los aportantes de la Fundación Mediterránea, y un grupo de sindicalistas que ven en Milei la versión argentina de Le Pen o Bolsonaro.

¿Y la demanda?

Sabemos, entonces, que la mayoría pide cambio. Tras las PASO se definen dos grandes oferentes para ese público; pero ¿La sociedad que pedía un cambio antes de las PASO ha cambiado en los últimos meses?

Un par de estudios conocidos días atrás pueden dar algunas ideas al respecto.

El primero de ellos, con base en una encuesta telefónica, fue realizado por Insight 21, el observatorio de tendencias sociales y empresariales de la UES 21.

Concluyó que persiste el alto y generalizado descontento social y la búsqueda de una opción política que refleje un cambio radical. Son las condiciones para que aumente el “voto temerario”, señalan.

Estos factores llevan a que gran parte de la población esté dispuesta a asumir riesgos considerables al elegir opciones políticas menos convencionales y más extremas.

De acuerdo al estudio, de los cuatro candidatos, Javier Milei es el que genera menores niveles de confianza (sólo el 31,25% de sus votantes mencionó la confianza), sin embargo, es el candidato que posee los niveles más altos de esperanza y cambio (en el 54,81% de sus votantes).

El escenario opuesto se observa en los restantes candidatos, donde son mayores sus niveles de confianza (valores promedio del 60,43%) y menores niveles de esperanza o percepción de cambio (24,44%).

"La gente estaba contenta votando al Milei que gritaba si se pone en gradualista es uno más", disparó Malamud.

Sin embargo, un informe del consultor Federico González (400 casos presenciales) que compara datos de mayo y agosto (posPASO) sobre la principal propuesta de Milei -la dolarización- muestra una modificación a tener en cuenta.

A quienes contestaron la encuesta se les preguntó “Si hubiera un plebiscito para decidir si Argentina debe dolarizar o no ¿Qué votaría?”

Hace tres meses el 41,1% estaba a favor y el 43,5% en contra. Hace dos semanas fue 46,9% y 42,4%.

Sin embargo, muchos prestaron atención a la caída de los “dolarizadores” dentro de los que elegían a Milei como el candidato a votar o que efectivamente votaron: 13,2 puntos porcentuales. ¿Demuestra que hay algunos que están pensando en un cambio de gestión nacional pero que no sea tan profundo?

La respuesta se conocerá en poco más de 40 días.