Trump impulsa la paz en Oriente Medio; Netanyahu resalta la fuerza de Israel

WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump declaró el fin de la guerra de Israel con Hamás en la Franja de Gaza y puso la mira en objetivos mayores, argumentando que el frágil alto el fuego, que su gobierno ayudó a negociar, es una oportunidad para traer una paz duradera a Oriente Medio.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mostró entusiasmo por el presente, pero adoptó un enfoque más mesurado en sus evaluaciones hacia el futuro. Calificó el acuerdo, todavía en sus primeras etapas, como "una propuesta para liberar rehenes y terminar la guerra", asegurando que su país utilizó dos años de una guerra, a menudo brutal, para demostrar su poderío militar.

Ambos líderes ofrecieron perspectivas notablemente diferentes sobre las expectativas de paz futura, reflejando políticas y apuestas diplomáticas disímiles. En sus respectivos discursos del lunes ante el Knesset, intercambiaron elogios, pero también pusieron de manifiesto sus diferencias.

La reputación de Trump como negociador internacional podría ser puesta a prueba por un alto el fuego que aún podría resultar precario. Mientras tanto, Netanyahu enfrenta la presión de enfocarse en cuestiones internas y mantener feliz al electorado israelí, especialmente con las elecciones programadas para octubre de 2026.

Trump describió la guerra entre Israel y Hamás como el octavo conflicto global que asegura haber resuelto, a la vez que dijo que el alto el fuego marcaría el comienzo de un nuevo "amanecer de un nuevo Oriente Medio". "Has ganado", declaró a Israel, alentando al país a traducir las victorias contra los terroristas en paz y prosperidad para la región.

En contraste, Netanyahu aseguró que "nuestros enemigos ahora entienden qué tan poderoso y determinado es Israel". Recordó el ataque de Hamás contra Israel que motivó la guerra y enfatizó que este fue un "error catastrófico" por parte de sus adversarios, añadiendo que "estos monstruos toman bebés como rehenes".

Netanyahu quedó firme en su promesa de lograr la "victoria total" sobre Hamás, pero el grupo permanecía debilitado pero aún en pie al momento de los hechos.

El plan de Trump también abrió la puerta a la posibilidad de un estado palestino, algo que Netanyahu y sus socios de coalición se oponen firmemente. Con el fin de la guerra declarado, Netanyahu podría enfrentar presiones que amenazan la estabilidad de su gobierno.

Trump consideró que el desarrollo económico en Oriente Medio podría ayudar a cerrar brechas entre enemigos históricos, sugiriendo que los países árabes podrían financiar el fin de los combates. "El enfoque total debe estar en la estabilidad, seguridad y desarrollo económico", afirmó.

Netanyahu, aunque esperaba un futuro pacífico, propuso una visión de unidad que enfrenta "civilización contra barbarie".

Un punto clave de divergencia fue Irán. Mientras Trump elogió los ataques de Estados Unidos en junio pasado como un golpe decisivo contra el programa nuclear de Irán, también se mostró dispuesto a negociar con el país. Por otro lado, Netanyahu celebró las victorias de Israel sobre Hamás y el eje del terror iraní.

Ambos mandatarios se refirieron a la creciente presión internacional sobre Israel, aunque con fines distintos. Netanyahu reprendió a la comunidad global por "comprar la falsa propaganda de Hamás", mientras que Trump insinuó que Israel podría haber enfrentado dificultades para continuar luchando.

La crisis humanitaria y las acusaciones de genocidio contra Israel generaron reacciones diversas. Trump enfatizó lo pequeño del territorio, mientras que Netanyahu denunció la presión internacional.

Trump elogió repetidamente a Netanyahu, sugiriendo que merecía un indulto en una investigación de corrupción. Después de que Trump no ganó el Premio Nobel de la Paz, Netanyahu prometió nominarlo para el Premio Israel. Sin embargo, ambos líderes decidieron no asistir a la cumbre de paz en Egipto, celebrada tras sus discursos.

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