Los últimos días de Francisco, desde su internación hasta su fallecimiento
Estuvo internado 38 días en el policlínico Gemelli. Volvió al Vaticano, pero nunca pudo retomar su actividad normal.
21/04/2025 | 06:30Redacción Cadena 3
El mundo católico y la comunidad internacional despiden con profundo dolor al papa Francisco, quien falleció este lunes a las 7:35 de la mañana en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano, a los 88 años.
Su muerte, anunciada por el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Sede, marca el fin de un pontificado histórico de casi 12 años, caracterizado por su carácter reformador, su defensa de los más vulnerables y su impacto global. Este informe reconstruye los últimos días del pontífice argentino, desde su internación el 14 de febrero hasta su deceso, basándose en comunicados oficiales del Vaticano, reportes médicos y testimonios de su entorno.
Una internación marcada por la gravedad
El 14 de febrero de 2025, el papa Francisco fue ingresado de urgencia en el hospital Policlínico Agostino Gemelli de Roma debido a una bronquitis aguda que derivó en una neumonía bilateral. Según el Vaticano, el pontífice, que ya había enfrentado problemas respiratorios en el pasado, presentaba un cuadro clínico complejo, agravado por su edad y antecedentes médicos, que incluían una operación por una hernia abdominal en 2023.
Durante las primeras semanas, los partes médicos describían su estado como "reservado pero estable", aunque con episodios críticos que pusieron en riesgo su vida.
Francisco, conocido por su resistencia y voluntad de mantener su agenda incluso en condiciones adversas, suspendió todas sus actividades públicas tras la internación.
Sin embargo, continuó trabajando desde el hospital, firmando mensajes como el dirigido a los fieles brasileños el 11 de febrero, en el que abogó por la preservación de la naturaleza, y otro al Movimiento para la Vida, donde defendió la dignidad humana desde la concepción hasta la muerte natural. Estos gestos reflejaron su compromiso pastoral hasta el final, a pesar de las dificultades físicas.
El tratamiento incluyó ventilación mecánica no invasiva, oxigenoterapia de alto flujo y transfusiones de sangre para tratar una anemia. A pesar de momentos de aparente mejoría, como la retirada temporal de la ventilación mecánica el 8 de marzo, su estado siguió siendo delicado, con dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda reportados en las semanas previas a su alta.
Reapariciones públicas y esperanza de recuperación
Tras 38 días de internación, el 23 de marzo, Francisco recibió el alta médica y regresó al Vaticano, un hecho que generó alivio y optimismo. Ese mismo día, se asomó al balcón del hospital Gemelli para rezar el Ángelus, en su primera aparición pública en más de un mes.
Aunque visiblemente debilitado y en silla de ruedas, expresó su dolor por la situación en Gaza y celebró un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, demostrando que su atención seguía puesta en los problemas globales. Al dejar el hospital, visitó brevemente la Basílica de Santa María la Mayor para agradecer por su recuperación, un gesto que conmovió a los fieles.
En las semanas siguientes, el Papa intentó retomar algunas actividades. El 6 de abril, una fotografía difundida por el Vaticano lo mostró sonriente durante una visita sorpresa de los reyes británicos Carlos III y Camilla, sin cánulas de oxígeno, lo que alimentó esperanzas sobre su recuperación. Sin embargo, su frágil estado de salud lo obligó a delegar la mayoría de los rituales de la Semana Santa, incluida la misa de Pascua, que fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri.
El domingo de Pascua, 20 de abril, Francisco realizó su última aparición pública. Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, impartió la bendición “Urbi et Orbi” ante 35.000 fieles. Acompañado por su enfermero personal, Massimiliano Strappetti, y en silla de ruedas, su rostro reflejaba el deterioro físico tras la prolongada internación. Testigos describieron su expresión como “inexpresiva”, distante del carisma que lo caracterizaba. Una argentina que lo llamó “¡Padre Jorge!” desde la Vía della Conciliazione no recibió respuesta, un contraste con su habitual cercanía.
Ese mismo día, el Vaticano confirmó que su salud seguía en estado delicado, con una acumulación de mucosidad endobronquial que complicaba su respiración.
El desenlace final
En las horas previas a su muerte, el estado de Francisco se agravó rápidamente. Según el Vaticano, el pontífice sufrió dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda en las últimas 24 horas, desencadenados por una infección polimicrobiana e insuficiencia renal.
Estos factores, sumados a la neumonía bilateral, resultaron insuperables. A las 7:35 de la mañana del lunes 21 de abril, en la Casa Santa Marta, Jorge Mario Bergoglio falleció, rodeado de sus colaboradores más cercanos, incluidos el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y el arzobispo Edgar Peña Parra.
El cardenal Kevin Farrell anunció la noticia en un emotivo mensaje desde la capilla de la Casa Santa Marta: “Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro santo Padre Francisco. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados”.
Las campanas de luto de la Basílica de San Pedro comenzaron a sonar, y Roma se sumió en un silencio conmocionado.
