El Papa, cara a cara con Putin en Roma

El papa Francisco recibió a Vladímir Putin en el Vaticano, al que tuvo que esperar durante una hora. Estuvieron reunidos con el objetivo de fortalecer los lazos entre la Iglesia católica y la Iglesia rusa ortodoxa, un vínculo que se restableció en 2009, a 20 años de la caída de
la Unión Soviética.

Se trató del tercer encuentro entre ambos, y duró casi una hora. A la salida, el presidente ruso dijo al pontífice ante la prensa: "Gracias por el tiempo que me ha dedicado... Fue una conversación muy sustanciosa e interesante".

De esta manera, el mandatario ruso se adelantó al obispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, quien llega este viernes al Vaticano para comenzar dos días de reuniones sobre la crisis en su país.

En el este de Ucrania, los separatistas pro-Rusia son en su mayoría rusos ortodoxos, mientras que aquellos contra quienes combaten son tanto ortodoxos como griegos católicos.

A un conflicto ya complejo, se suma que a principios de este año la Iglesia ortodoxa de Ucrania se independizó oficialmente de Rusia.

¿De qué hablaron?
El Vaticano no dio muchos detalles sobre los temas que se tocaron; tampoco el Kremlin. En un comunicado, la Santa Sede explicó que "durante las cordiales conversaciones, ambas partes expresaron su satisfacción por el desarrollo de las relaciones bilaterales, reforzadas posteriormente con la firma de un memorando de entendimiento sobre la colaboración entre el Hospital Bambino Gesù y los hospitales pediátricos de la Federación Rusa".

Además, abordaron "algunas cuestiones relevantes para la vida de la Iglesia católica en Rusia", así como "la cuestión ecológica" y "algunos temas de actualidad internacional, con especial referencia a Siria, Ucrania y Venezuela", reza el parte de prensa.

Regalos
Una pista de lo que se habló en el encuentro fue el intercambio de regalos. El principal obsequio del papa fue un medallón conmemorativo de los 100 años del fin de la Primera.

Guerra Mundial y una reproducción de un antiguo grabado del Vaticano, para que el mandatario ruso "no se olvide de Roma". El presidente respondió que encontrará "un puesto importante donde ponerlo".

Putin, por su parte, le obsequió un ícono gigante de San Pedro y San Pablo, y un DVD de la película sobre Michelangelo titulada 'Pecado', del ruso Andrei Konchalovsky.

Italia, un importante socio
El líder ruso se reunió más tarde con su homólogo italiano, Sergio Mattarella, y con el primer ministro, Giuseppe Conte. Para terminar su ajetreada jornada asistió a una cena con los vicepresidentes del Consejo de Ministros de la República Italiana: Matteo Salvini y Luigi di Maio.

Putin pidió a Italia que trabaje para que la Unión Europea levante las sanciones económicas a Rusia, impuestas tras su intervención en el este de Ucrania.

Italia es el quinto socio comercial más importante de Rusia, sus inversiones en el país más grande del mundo se dispararon a más de 4.000 millones de euros tan solo en 2019, a pesar de las sanciones de la Unión Europea a Moscú por la guerra que se vive en el este de Ucrania.

"Debemos regresar a la tierra de los mortales"
Entre otros temas, en la conferencia de prensa que brindó junto al primer ministro Giuseppe Conte, Putin fue consultado sobre la crisis en Venezuela, momento que el ruso aprovechó para pronunciarse con ironía en contra de Juan Guaidó, a quien Rusia no considera un presidente legítimo.

"El líder de la oposición (venezolana), el señor Guaidó, salió a una plaza, miró hacia el cielo y, dirigiéndose a Dios, se proclamó presidente. Pero Dios no nos comunicó cuál fue su reacción a ese mensaje, no nos dio ninguna señal. Por eso, creo que debemos regresar a la tierra de los mortales y pecadores, y dejarnos guiar por las leyes democráticas", aseveró.

Se estima que Vladímir Putin finalizará su viaje con una reunión privada con el ex presidente del Consejo de Ministros de Italia, Silvio Berlusconi, quien actualmente es miembro del Parlamento Europeo.

Informe de Marcos Calligaris.

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