Iban de luna de miel y quedaron varados 63 días en una isla
Rodrigo Aliaga y Carolina, su esposa, estuvieron dos meses en Koh Lipe, un rincón paradisíaco de Tailandia. "Por más que la jaula sea de oro, estaba en prisión", remarcó el joven a Cadena 3. Su historia.
25/05/2020 | 22:20Redacción Cadena 3
En el amanecer de marzo, Rodrigo y Carolina celebraron uno de los días más felices de su vida al sellar su amor con su casamiento. El día 11 de ese mes emprendieron lo que suponían iba a ser una luna de miel inolvidable. Y lo fue, aunque no como hubieran querido.
En medio de su viaje, en la paradisíaca isla tailandesa de Koh Lipe?, la pandemia del coronavirus aceleró su paso y quedaron varados. "Teníamos que hacer cuatro noches ahí, y nos quedamos 63 días", relató el joven a Cadena 3.
"A partir de ahí cancelamos la luna de miel por fuerza mayor y averiguamos para volvernos. Tratamos de cambiar el pasaje que teníamos con Emirates, pero nos pedían al principio una suma exorbitante: 500 mil pesos a cada uno para cambiar el pasaje para volver. Creo que nadie tiene un millón de pesos para pasajes, entonces buscamos otra forma de volver más accesible para nosotros", sostuvo.
En ese sentido, contó que a los "5 o 6 días" de que estaban en la isla "la cerraron, por lo que no podía entrar ni salir nadie", y precisó que los ayudó un joven español que trabajaba en un hotel de la zona, autorizado a salir para renovar la Visa. "Le entregamos una cantidad de dinero para que lo pudiera cambiar en una casa de cambio", especificó.
Asimismo, relató que "nunca tuvieron información de la Embajada, que brilló por su ausencia", y marcó que crearon un grupo de WhatsApp con un argentino que reside en Bangkok "que iba manejando mejor la información que Cancillería".
“Son muchos los sentimientos a lo largo de los días. Todos me decían que estaban encerrados y yo estaba en un lugar paradisíaco, y gracias a Dios me tocó en Tailandia, pero por más que la jaula sea de oro, estaba en prisión. Yo no podía salir al centro a comprar lo que quisiera, o ir a la playa. Podías bajar a la playa de abajo del hotel y no había nadie, pero también es agotador. Es como estar en 4 paredes pero lejos de tu casa, sin saber cuándo vas a volver ni cuánto va a salir el pasaje", aseveró.
Entrevista de Alejandro Bustos
