¿Qué requisitos hay para ser Papa?: varón, católico y bautizado

La muerte del papa Francisco inició un período de transición en la Iglesia Católica, marcado por la sede vacante y los preparativos para el cónclave que elegirá al próximo Pontífice.

Este proceso, regido por normas centenarias y adaptado en las últimas décadas, despierta interés global no solo por su relevancia espiritual, sino también por su impacto en la geopolítica y los desafíos contemporáneos de la Iglesia.

Requisitos para ser papa

Una apertura teórica, una práctica restringida

Según el derecho canónico y la constitución apostólica Universi Dominici Gregis (1996), modificada por Benedicto XVI y Francisco, cualquier varón católico bautizado puede ser elegido papa, sin necesidad de ser sacerdote u obispo.

Sin embargo, en la práctica, el elegido debe ser ordenado obispo tras su elección, ya que el papa es también el obispo de Roma.

En la historia moderna, los pontífices han sido exclusivamente cardenales, reflejo de una tradición que prioriza a los líderes más experimentados de la Iglesia.

Los requisitos formales son mínimos:

• Ser varón (la Iglesia Católica no permite mujeres en el sacerdocio ni en el papado).

• Ser católico bautizado.

• No existen restricciones de edad, nacionalidad o raza.

No obstante, el perfil real de un candidato responde a criterios no escritos: experiencia pastoral, capacidad de liderazgo, dominio de varios idiomas, prestigio teológico y habilidades diplomáticas.

Además, el elegido debe ser capaz de abordar los desafíos actuales de la Iglesia, como la secularización, los escándalos de abusos, la polarización interna y la presencia del catolicismo en un mundo globalizado.

El cónclave

Un proceso secreto y solemne

La elección del papa ocurre en el cónclave, una reunión de cardenales electores que se celebra en la Capilla Sixtina, generalmente 15 días después del fallecimiento del pontífice (alrededor del 6 de mayo de 2025, salvo que el camarlengo, cardenal Kevin Joseph Farrell, ajuste la fecha).

Según las normas, solo los cardenales menores de 80 años al inicio de la sede vacante pueden votar, lo que limita el número de electores a aproximadamente 120, de los 136 cardenales actuales creados por Francisco.

El cónclave es un proceso cerrado, sin intervención externa.

Los cardenales juran secreto bajo pena de excomunión y votan en rondas (hasta cuatro por día) hasta que un candidato obtenga dos tercios de los votos.

Si tras varias rondas no hay consenso, se puede optar por una mayoría simple, aunque esto es excepcional.

La fumata blanca, producida por la quema de las papeletas con un químico especial, anunciará la elección, seguida del tradicional “Habemus Papam” desde el balcón de la Basílica de San Pedro.

Perfil del próximo papa

Continuidad o cambio

El pontificado de Francisco, caracterizado por su énfasis en la misericordia, la justicia social y las reformas, ha dejado una Iglesia polarizada.

Por un lado, los progresistas buscan un papa que continúe su legado de apertura, como la mayor inclusión de los laicos, la atención a los marginados y el diálogo interreligioso.

Por otro, los conservadores abogan por un líder que refuerce la doctrina tradicional, especialmente en temas como el celibato, la moral sexual y la liturgia.

Geopolíticamente, la elección también responde a la distribución del catolicismo. Con el 48% de los católicos viviendo en América Latina y el Caribe, y un crecimiento significativo en África (19%) y Asia (12%), muchos esperan un papa del Sur Global, siguiendo la línea de Francisco, el primer pontífice no europeo en siglos.

Sin embargo, Europa, con el 24% de los fieles y una fuerte influencia en la Curia, sigue siendo un bastión de candidatos.

Los “papables”

Nombres que resuenan

Aunque la elección es impredecible y los cardenales suelen evitar campañas abiertas, los vaticanistas señalan varios nombres como posibles candidatos, basándose en su trayectoria, influencia y alineación con los desafíos actuales. A continuación, algunos de los más mencionados:

• Cardenal Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años)

Prefecto del Dicasterio para la Evangelización y exarzobispo de Manila, Tagle es una figura carismática, apodado el “Francisco asiático” por su cercanía con los pobres y su estilo pastoral. Su juventud, origen asiático (donde el catolicismo crece rápidamente) y experiencia en la Curia lo convierten en un fuerte candidato. Sin embargo, algunos lo consideran demasiado progresista para los sectores conservadores.

• Cardenal Péter Erdo (Hungría, 72 años)

Arzobispo de Budapest y experto en derecho canónico, Erdo representa una opción europea y moderada. Su perfil académico y su experiencia en sínodos lo hacen atractivo para quienes buscan un papa que equilibre tradición y modernidad. Su postura más conservadora podría atraer a quienes desean un freno a las reformas de Francisco.

• Cardenal Robert Sarah (Guinea, 79 años)

Ex prefecto del Dicasterio para el Culto Divino, Sarah es un favorito de los conservadores por su defensa de la liturgia tradicional y la doctrina ortodoxa. Su origen africano lo alinea con el crecimiento del catolicismo en el continente, pero su edad y posturas rígidas podrían limitar su apoyo entre los moderados.

• Cardenal Matteo Zuppi (Italia, 69 años)

Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Zuppi es un progresista moderado, cercano al espíritu de Francisco. Su trabajo en mediación de conflictos (como en Ucrania) y su compromiso con los marginados lo posicionan como un candidato de consenso. Un papa italiano rompería con la tradición reciente de pontífices no europeos.

• Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga (Honduras, 82 años)

Aunque supera el límite de edad para votar, Maradiaga, arzobispo emérito de Tegucigalpa, sigue siendo influyente. Su cercanía con Francisco y su liderazgo en América Latina lo convierten en una figura a considerar, aunque su edad y controversias locales podrían descartarlo.

Otros nombres incluyen al cardenal Victor Manuel Fernández (Argentina, 62 años, cercano a Francisco pero polémico por su rol en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe), cardenal Christoph Schönborn (Austria, 80 años, pero influyente) y cardenal Sean O’Malley (EE.UU., 80 años, conocido por su lucha contra los abusos.

Dinámicas y desafíos del cónclave

El cónclave de 2025 estará marcado por varias tensiones. La primera es la división entre los cardenales nombrados por Francisco (73% del total) y los de sus predecesores, que podrían influir en la elección de un candidato de continuidad o cambio. La segunda es la presión por un papa no europeo, dado el declive del catolicismo en Occidente y su auge en África y Asia.

Finalmente, la elección reflejará cómo la Iglesia aborda temas como el cambio climático, la migración, la inteligencia artificial y la inclusión de minorías, todos centrales en el legado de Francisco.

Desafíos logísticos y de seguridad.

La Capilla Sixtina será sellada electrónicamente para evitar filtraciones, y los cardenales estarán aislados en la Casa Santa Marta.

La prensa internacional y las redes sociales, como X, ya especulan con fervor, aunque las apuestas están prohibidas por la Santa Sede.

Un futuro incierto para la Iglesia

La elección del próximo papa será un momento definitorio para una institución que navega entre la tradición y la modernidad. ¿Será un líder que profundice las reformas de Francisco o uno que busque estabilizar la doctrina? ¿Proveniente de África, Asia o América Latina, o un regreso a Europa? Lo único seguro es que el cónclave, con su mezcla de oración, política y misterio, captará la atención del mundo.

Mientras Roma se prepara para el funeral de Francisco y el inicio del cónclave, los fieles y observadores aguardan el nombre que emergirá de la fumata blanca, un símbolo de esperanza y renovación para la Iglesia Católica. 

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