Hace 75 años moría en Alta Gracia el compositor De Falla

Luis Meglioli

Manuel de Falla fue uno de los grandes referentes de la intelectualidad española que debió huir de su país tras la guerra civil (1936-1939) que desembocó en la dictadura del general Francisco Franco. En España se sigue llamando “sangría cultural” a esta situación que protagonizaron científicos, escritores, poetas, músicos, políticos y sindicalistas. ”Nunca en la historia de España se había producido un éxodo de tales proporciones ni de tal naturaleza”, según afirmó  Vicente Lloréns, en su momento el principal historiador sobre el exilio español provocado por la última contienda fratricida. 

Francia, desde lo político y obrero, y los países latinoamericanos fueron los principales receptores. Entre esa pléyade de mujeres y hombres de la Cultura, destaca la llamada generación del 27, una de las más brillantes de la historia literaria española, con nombres como Rafael Alberti, Luis Cernuda, Pedro Guillén, León Felipe, Emilio Prados y Pedro Salinas. Y a ellos se sumaron, entre otros, el maestro Manuel de Falla y Matheu, uno de los compositores españoles más importantes, que optó por exiliarse en Argentina y aquí eligió Córdoba y concretamente Alta Gracia para vivir. 

“El amor brujo”, “El sombrero de tres picos”, las “Siete canciones populares españolas”, para voz y piano, la “Fantasía Bética”, para piano, y “Noches en los Jardines de España”, son algunas de sus obras más célebres, todas compuestas por él mientras residió en París. 

De niño había recibido formación musical en su país tanto en piano como solfeo, y luego siguió estudios con profesores especializados, se formó en piano y compuso obras para piano y música de cámara. En Granada también estudió, se hizo amigo de Federico García Lorca y aprendió el flamenco y el cante jondo. Durante su estancia en Paris, entabló amistad con celebres músicos como Isaac Albéniz, Claude Debussy, Maurice Ravel, Igor Stravinsky y Joaquín Rodrigo, llegando a trabajar con Serguéi Diáguilev y sus Ballets Rusos. 

Fue en 1939, apenas finalizada la guerra civil, cuando decidió embarcarse a Argentina, donde permaneció hasta su muerte, el 14 de noviembre de 1946. Tras llegar a Buenos Aires se trasladó a Alta Gracia, que le favorecía a su salud por su clima, le recordaba Granada y donde vivió hasta su muerte en el chalé “Los Espinillos”. Con la Metro Goldwyn Mayer grabó a dos pianos “La danza del fuego”, junto a los pianistas José y Amparo Iturbi, y a ello se sumaron numerosas más presentaciones en Argentina. Tanto que llegó a ser distinguido como miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes local. 

Poco antes de cumplir 70 años falleció de un paro cardiorrespiratorio en Alta Gracia y el funeral tuvo lugar en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Un mes después sus restos fueron trasladados a España tras haber sido embalsamado por el destacado español Dr. Pedro Ara Sarria, el mismo que embalsamó a María Eva Duarte de Perón en 1952. 

En 2006 se presentó en Córdoba la película “Músico de dos mundos”, bajo la dirección de José Luis Castiñeira de Dios. El filme explica maravillosamente quien era De Falla, su obligado exilio y por qué eligió Argentina, Alta Gracia y la sierra cordobesa para vivir hasta sus últimos días. Quienes quieran conocer más de este célebre compositor, pueden visitar el Museo “Manuel de Falla”, inaugurado el 14 de noviembre de 1970, en Pellegrini 1011, Alta Gracia, [email protected].