¿Cuál es la probabilidad de otro papa argentino tras Francisco?

Por Marcos Calligaris

Con la muerte de Francisco, la Iglesia se asoma a una nueva elección papal. Y la pregunta que muchos se hacen es inevitable: ¿podría volver a ser argentino su sucesor? Aunque parece improbable, el legado que deja Bergoglio abre un escenario inédito.

La abrumadora mayoría de papas han sido europeos, en particular italianos. De los 265 pontífices anteriores a Francisco, 215 fueron italianos?; el resto se reparte principalmente entre franceses (16), griegos (8), alemanes (5), sirios (6), españoles (4), africanos (3) y de Tierra Santa (2)?.

Dicho de otro modo, casi todos los papas fueron europeos, con muy pocas excepciones. Hasta la elección de Francisco en 2013, todos los pontífices modernos provenían de Europa. Entre los casos menos comunes dentro del continente se encuentran un polaco (Juan Pablo II), un inglés (Adriano IV) y un neerlandés (Adriano VI). Francisco rompió con esa tradición: fue el primero en venir de América, el primero del hemisferio sur y el primero no europeo en más de 1.200 años.

Durante 455 años consecutivos (desde 1523 hasta 1978), todos los papas fueron italianos. Esta racha se rompió en 1978 con la elección de Karol Wojtyla, quien se convirtió en Juan Pablo II, el primer papa no italiano desde Adriano VI (1522). A Juan Pablo II, de origen polaco, lo sucedió en 2005 el alemán Benedicto XVI, y luego, en 2013, el argentino Francisco, completando una sucesión de tres pontífices consecutivos no italianos.

¿Qué representa esto? La elección de Francisco marcó varios hitos: fue el primer papa latinoamericano, el primer jesuita y el primer pontífice no europeo en más de mil años? (desde Gregorio III, de origen sirio, en el siglo VIII). Esto subrayó el giro histórico que supuso ver a un cardenal "del fin del mundo" ocupando el trono de Pedro.

Un Colegio Cardenalicio cada vez más global

Actualmente, el Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 cardenales, de los cuales 135 son menores de 80 años y por tanto electores potenciales en un cónclave?.

Es decir, menos de la mitad pueden votar. El papa Francisco diversificó notablemente su procedencia: cerca del 40 % de los cardenales electores provienen de Europa (52 de 130), Latinoamérica aporta 21, Norteamérica 15, Asia 22, África 17 y Oceanía 3?.

No es un dato menor: solo 14 electores son italianos, el número más bajo de la historia reciente?, reflejo de un cambio respecto al antiguo dominio italiano. Esta distribución geográfica más equilibrada significa que, por primera vez, ningún continente por sí solo tiene mayoría absoluta en el futuro cónclave.

Los cardenales creados por Francisco representan aproximadamente el 79 % de los electores?, lo que sugiere que la visión pastoral del pontífice argentino tendrá un peso importante a la hora de votar por su sucesor.

Aun así, la influencia europea sigue siendo relevante: pese a la "internacionalización", Europa sigue siendo el bloque más numeroso (52 electores), y países tradicionalmente influyentes como Italia, España o Francia mantienen presencia significativa.

¿Y Argentina? La Argentina cuenta actualmente con ocho cardenales en total (incluyendo eméritos), pero solo cuatro son menores de 80 años y podrán participar con voto en un cónclave: Víctor Manuel Fernández (62 años), el arzobispo cordobés Ángel Sixto Rossi (66), Vicente Bokalic Iglic (72) y Mario Aurelio Poli (77), todos ellos elevados al cardenalato durante el pontificado de Francisco?.

Los otros cuatro purpurados argentinos –Leonardo Sandri (81), Luis Héctor Villalba (90), Luis Pascual Dri (97) y Estanislao Esteban Karlic (99)– ya superan la edad límite y no tendrán voto en la elección de un nuevo papa?.

En cuanto a Latinoamérica en conjunto, la región suma 21 cardenales electores (aproximadamente el 16 % del total), con Brasil, México y Argentina a la cabeza en número de purpurados.

Nunca antes hubo tantos. Esta representación latinoamericana –la mayor de la historia– es logro directo de Francisco, que nombró a numerosos cardenales del continente buscando dar más voz al "sur global".

¿Puede el sucesor volver a ser argentino?

Históricamente, sería algo inusual. Como vimos, recién en 1978 se rompió la tradición de papas europeos, y desde entonces ha habido tres pontífices consecutivos no italianos (uno polaco, uno alemán y uno argentino). Pero nunca antes hubo dos papas consecutivos provenientes de fuera de Europa, salvo en este ciclo excepcional iniciado con Juan Pablo II.

¿Entonces, hay lugar para otro argentino? Tras el fallecimiento del papa argentino, los primeros análisis consideran más probable que el péndulo geográfico oscile hacia otro lado en la próxima elección.

En el juego de sucesión intervienen varios factores. Por un lado, Francisco dejó un Colegio Cardenalicio inclinado a la diversidad geográfica y sensible a las periferias. Esto abre la puerta a que el próximo pontífice no necesariamente sea europeo: de hecho, se habla de la posibilidad inédita de un papa oriundo de Asia o África, reflejando el crecimiento del catolicismo en esos continentes?. Y el perfil internacional de los cardenales actuales podría inclinar la balanza en esa dirección.

Por otro lado, también existe la dinámica tradicional de alternancia o equilibrio: tras un papado largo y transformador como el de Francisco, ciertos sectores podrían propiciar un perfil continuista pero de distinto origen, o incluso un retorno a un europeo con talante más conservador.

Las alianzas internas y corrientes ideológicas en el cónclave jugarán un rol clave, más allá del pasaporte de cada cardenal.

¿Y qué pasa con los "papables" argentinos?

Entre los "papables" argentinos, quien cuenta con unos metros de ventaja es el cardenal cordobés Víctor Manuel "Tucho" Fernández. Teólogo de confianza de Francisco y actual prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Fernández fue elevado a cardenal en 2023 y se lo menciona en medios internacionales como uno de los posibles sucesores latinoamericanos?.

Ahora bien, su cercanía ideológica y personal con Francisco podría ser un arma de doble filo: por un lado lo convierte en heredero natural de su línea reformista, pero por otro podría restarle apoyos entre cardenales que busquen marcar cierta distancia o equilibrio tras doce años de pontificado de Bergoglio?.

Según diversas fuentes, su reciente nombramiento y estrecha identificación con el proyecto de Francisco podrían jugar en contra de sus aspiraciones en un cónclave?.

Otros argentinos con birreta roja tienen un perfil más bajo en la escena global: el arzobispo cordobésl Ángel Rossi (66 años) es también jesuita y muy cercano a Bergoglio, pero fue creado cardenal recién en 2022 y no suele aparecer en las 'quinielas' internacionales.

El cardenal Mario Poli (exarzobispo de Buenos Aires, 77) por edad y trayectoria difícilmente sería visto como opción, y Vicente Bokalic (arzobispo de Santiago del Estero, 72) recién entró al Colegio en 2024. Es decir, más allá de Fernández, ningún otro purpurado argentino figura entre los "favoritos" habituales.

Cabe recordar que en 2013 se mencionó como papable al argentino Leonardo Sandri, de larga carrera en el Vaticano, pero finalmente el elegido resultó ser Bergoglio; hoy Sandri ya no está habilitado para votar por su edad.

Un escenario más amplio

A nivel regional, Latinoamérica sí cuenta con otros candidatos de peso que podrían tener apoyo en un cónclave. El nombre del brasileño Odilo Pedro Scherer, arzobispo de São Paulo, suele aparecer en las listas de papables gracias a su combinación de experiencia curial y liderazgo pastoral en una de las mayores arquidiócesis del mundo?.

También sobresale el filipino Luis Antonio Tagle (66), apodado "el Francisco de Asia", quien aunque no es latinoamericano comparte la visión pastoral y la fama de reformista cercano al pueblo?.

Junto a ellos, el italiano Matteo Zuppi (67, arzobispo de Bolonia) representa el ala progresista europea y es visto como un candidato de consenso en el sector reformista de la Iglesia.

Dicho en otras palabras, la competencia es amplia: un argentino podría ser papa de nuevo, pero deberá convencer a cardenales de todo el mundo frente a rivales fuertes de Europa, Asia, África y el resto de América.

Entonces… ¿hay chances?

La probabilidad real de otro papa argentino inmediato es difícil de cuantificar. Algunos expertos la ven reducida –argumentando que la elección de Bergoglio fue excepcional en sí misma–, mientras que otros no la descartan del todo, dado que Latinoamérica sigue siendo la región con más católicos en el mundo y Francisco ha dejado una fuerte huella allí.

Si los cardenales quisieran dar continuidad explícita al legado de Francisco, Víctor "Tucho" Fernández sería una opción lógica; pero si optan por equilibrio regional o por un perfil diferente (más joven, o con enfoque distinto), la balanza podría inclinarse hacia otros continentes.

En todo caso, tras la desaparición de Francisco, Argentina está en el radar por primera vez en la historia en una segunda elección papal consecutiva, aunque sea como posibilidad remota.

Fuentes cercanas a Francisco afirmaron que el propio papa se tomaba con humor la idea de un sucesor de la misma tierra y procedencia espiritual, y que solía sostener que "deberían pasar mil años" para que vuelva a haber un papa argentino y jesuita. Ahora la última palabra la tienen los cardenales. 

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