La pobreza disminuye aceleradamente, pero el consumo sigue afectando a la clase media

La medición más reciente de pobreza mostró un descenso, pero el impacto negativo en el consumo sigue afectando particularmente a la clase media y a los jubilados. Analistas indicaron que, a pesar de las mejoras en algunas cifras, las dificultades en el gasto familiar continúan, especialmente en aquellos sectores que deben lidiar con el aumento de precios en servicios básicos y productos alimenticios.

En la zona metropolitana, la caída del consumo fue evidente, registrándose un retroceso de 1,5% en el mes de mayo. La facturación se mantuvo estable en comparación con el mes anterior, lo cual demuestra una desaceleración preocupante en el volumen de compras. Esta situación se amplificó para las clases medias, donde muchos sus integrantes sufrieron una transformación en su estatus socioeconómico, pasando a ser clasificados como clase media baja.

El consumo de alimentos, que por lo general es un indicador clave del bienestar económico, respondió al alza de precios con una disminución en los volúmenes adquiridos, afectando de manera notable la capacidad de compra de muchas familias. Un informe de Focus Market reafirmó que los sectores más vulnerables, junto con buena parte de las clases medias, enfrentaron aumentos en su canasta de bienes y servicios de hasta tres veces más en un año, lo que se evidenció especialmente después de la devaluación de diciembre de 2023.

En cuanto al gobierno, este se ha centrado en atender prioritariamente a los grupos más afectados. Se incrementaron los beneficios sociales mediante la asignación universal por hijo y el programa alimentar, manteniendo una apuesta por brindar mayor apoyo. Sin embargo, la eficacia de estos programas fue cuestionada dado que, mientras se intentan abordar los problemas de pobreza, se observa que la indigencia se mantiene en un núcleo duro que impide su revisión constante.

Martín Vauthier, parte del equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, resaltó que la cobertura de la Canasta Básica Alimentaria, considerando la suma de la AUH y la Tarjeta Alimentar, alcanzó un significativo 98,1% en mayo, disparándose desde el 54,8% en diciembre de 2023. Este tipo de indicadores podría apuntar a una mejora en los índices de pobreza, sin embargo, la situación real de los ingresos sigue siendo crítica.

Por su parte, Martín Rozada, experto en econometría y reconocido por su análisis cercano al gobierno, explicó que la baja en la canasta básica relacionada con el costo de vida indica que, aunque se prevé una menor pobreza, el mercado laboral sigue mostrando signos de deterioro, especialmente con la pérdida de salarios reales en los meses de marzo y abril.

En su análisis reciente sobre pobreza, Rozada indicó que los datos de las canastas de mayo reflejan una desaceleración en el incremento de los umbrales de pobreza e indigencia, lo que podría anticipar tendencias más favorables. Si bien el crecimiento mensual de las canastas había sido de alrededor del 3% entre junio y noviembre de 2024, en el semestre de diciembre 2024 a mayo 2025 se redujo a solo 1,75%.

El experto también observó que las tasas del mercado laboral mostraron pequeñas variaciones, discutiendo que a medida que ingresan más recursos a los hogares, la situación económica de los mismos conducirá a un incremento del consumo. Definió que, para el semestre de diciembre 2024 a mayo 2025, las cifras establecieron una tasa de pobreza del 34,7% y una de indigencia del 7,9%, lo que supone un avance significativo si se comparan con el 52,2% del semestre anterior.

Finalmente, Rozada concluyó que la disminución de la indigencia en aproximadamente 10 puntos porcentuales frente a niveles previos, y un retroceso de 18 puntos en la pobreza, demuestra que las estadísticas pueden revertirse, aunque todavía se deben enfrentar problemas estructurales complejos que afectan la movilidad económica de las familias argentinas. La historia reciente muestra que, en un entorno de constante inflación, los patrones de consumo masivo no han mostrado signos de mejora. A pesar de la desaceleración de la inflación, la falta de poder adquisitivo real continúa siendo un obstáculo principal para el consumo, resaltó Damián Di Pace, director de Focus Market.

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