¿Por qué es la mejor ocasión para ver Los Soprano?

Por María Rosa Beltramo

Afortunados los que todavía no vieron Los Soprano y disponen ahora del tiempo y la oportunidad de disfrutar de los 86 episodios de una serie épica para cuyos fanáticos ya está lista y editada una película, "The Many Saints of Newark", que se estrenará en el mes de octubre y que oficiará de precuela, retratando la infancia de Tony, el jefe de la familia.

Fueron 6 temporadas, entre 1999 y 2007 las que convirtieron a la creación de David Chase en una joya que inició tímidamente como otra más de las muchas historias de la mafia pero pronto se vio que sus mentores habían asumido un desafío artístico importante, con una vuelta de tuerca que la distinguió del lote de similares y la colocó en el podio de lo mejor.

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Los Soprano son un montón, pero el líder indiscutido es Tony, un grandote peligroso y temible y muchas veces seductor que encarnó James Gandolfini, un actor al que la industria lo premió con decenas de propuestas y que disfrutaba del momento de mayor fama y prestigio cuando su corazón, todavía joven, dijo basta.

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El cerebro detrás de la historia es David Chase que, al principio, pretendía hacer una película, pero su manager leyó el guion y le dijo esta narración merece convertirse en una serie porque tiene varios personajes que necesitan un desarrollo que la extensión de un filme no les puede dar.

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No fue la única corrección importante. Cuando se decidió por la serie, Chase sugirió un tema musical distinto para cada episodio y HBO contraofertó una banda de sonido única para que al primer acorde el espectador la identificara sin sombra de duda. Y después llegó otro acierto, la imagen de Tony Soprano fumando un puro, al volante de su auto cruzando el túnel Lincoln de Nueva Jersey a Manhattan mientras suena Woke Up This Morning de Alabama 3.

El personaje de Gandolfini coordina los muchos negocios del clan que representa y que incluyen lavado de activos y la recolección de las contribuciones que aportan “voluntariamente” los comerciantes de Jersey a cambio de protección. Tony tiene una mujer, dos hijos, amantes ocasionales y a partir de un momento que cambia drásticamente su existencia, ataques de pánico que lo hacen buscar el auxilio de una psiquiatra.

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La actriz Lorraine Bracco asumió el papel de la doctora Jennifer Melfi. La relación analista-paciente es la ocurrencia genial que tuvo Chase ,que transformó una narración convencional en algo distinto. El universo del psicoanálisis se vuelve apasionante cuando se tiene al frente a un hombre que resuelve a diario sobre la vida y muerte de muchos de los que lo rodean.

Como cualquiera, Tony se resiste, rechaza lo que no entiende, amenaza todos los días con abandonar la terapia, pero sin que lo advierta, comienza a necesitar esos encuentros semanales en los que deja jirones de su existencia y que ofician de pausa entre un ajuste cuentas, una ejecución o un domingo de pastas con la familia.

A esta altura del prestigio que se le reconoce a la serie, hay más de una leyenda sobre los recursos que utilizaba el elenco y la producción para dotar de mayor credibilidad al argumento. Se dice que Gandolfini tuvo un par de entrevistas con ex mafiosos de verdad y que uno de los apuntes que tomó en cuenta fue el atuendo que le recomendaron. en la temporada inicial apareció en mitad de una reunión que había en su casa con bermudas y le advirtieron que “en ningún caso” podía repetir semejante indumentaria, considerada impropia de alguien como él.

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Se dice también que la producción estaba obsesionada por conseguir que los espectadores entendieran cómo se realizaba, por ejemplo, el lavado de dinero. Para eso contrataron los servicios del asistente del fiscal de distrito de Nueva York. Tanta dedicación obtuvo no solamente un rating destacado sino también aportó un impensado número de turistas a Nueva Jersey.

La pizzería que más aparece en Los Soprano vivió un boom que todavía sigue y otro de los negocios que en la ficción quebraba tuvo que hacer una campaña publicitaria para contar que seguía vigente y en óptimas condiciones.

En cuanto a la acción que demanda una historia de mafiosos, hay que decir que a lo largo de las seis temporadas y los 86 episodios mueren 92 personas. Varias entidades que nuclean a descendientes de italianos, radicados en Estados Unidos pusieron el grito en el cielo con los estereotipos negativos que sufría la colectividad. En el balance, de todos modos, hubo más satisfacciones que protestas.

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El elenco de las seis temporadas es de lujo. Es cierto que los contrapuntos entre Tony y su analista son lo más brillante, pero cada personaje tiene su espacio y su posibilidad de lucimiento. Entre otros están Steve Van Zandt, Michael Imperioli, Vincent Pastore, Robert Iler, Aida Turturro y Edie Falco.

El éxito de la serie auguraba un futuro espectacular para muchos de los actores, empezando por Gandolfini, quien sufrió en 2013 un ataque cardíaco que resultó fatal. No existe como en otras producciones una supuesta maldición que empañe el recorrido de la serie, aunque es verdad que en la cuarta temporada uno de los personajes encara a Tony y le pronostica que con ese sobrepeso, no llegará a los 50. James murió mientras descansaba en un hotel de Roma, a los 51.

Para quienes no la vieron , Los Soprano está en Flow, Directv GO y HBO GO. Los que ya se saben los diálogos de memoria pueden revisarla mientras esperan que llegue The Many Saints of Newark. Allí está Michael, el hijo de James Gandolfini, que interpreta la adolescencia del personaje de su padre en los 70.

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