"¡Mantén el nombre de mi esposa fuera de tu maldita boca!”

Por María Rosa Beltramo

No importa la calidad de los guionistas que celebraron la obtención de sus estatuillas; la frase de la 94 entrega de los Oscars no estaba escrita y es, sin dudas, ”¡mantén el nombre de mi esposa fuera de tu maldita boca!” y la pronunció Will Smith cuando abofeteó a Chris Rock después de que el ácido comediante se riera de la pelada de Jada Pinkett Smith que, en este caso, no responde a una preferencia de estilo sino a la alopecia.

El único acto que estaba fuera de libreto en una edición guionada al milímetro, fue el que, por un lado salvó a la ceremonia del nivel de aburrimiento que suele atribuírsele todos los años, y por el otro desató la polémica sobre la inesperada y extemporánea reacción del hombre que pocos minutos después se haría con el premio al mejor actor protagónico por “King Richard”.

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El golpe a Chris dividió aguas. Una minoría aprobó con la mirada y reivindicó la acción presuntamente caballeresca de un hombre que ve a su pareja dolida y busca remediar la ofensa castigando al agresor. Muchos más se preocuparon por esa gratuita exhibición de masculinidad tóxica, justo en una ceremonia signada por ese tema a raíz de las múltiples nominaciones de “El poder del perro”.

La Academia pidió excusas luego por la actitud de Will Smith y el protagonista del desatino de la noche también reclamó el perdón de la audiencia , lloró e intentó una salida elegante mezclando el tema de su película-la biopic sobre el padre-entrenador de las tenistas Venus y Serena Williams-y lo que había hecho.

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Hombre de múltiples recursos, Smith dijo “me veo como el papá loco como le decían a Richard; pero el amor te hace hacer cosas locas.Quiero poder cuidar de mi mamá, de mi familia y mi esposa” y, de cierre, “espero que la Academia me vuelva a invitar”.

No hacía falta que Will le pegara a Chris Rock para presentarse ante el mundo como el encargado de restaurar el honor mancillado de su esposa. Aunque a su marido le resultara difícil advertirlo en ese momento, Jada Pinkett Smith es perfectamente capaz de defenderse sola y aún de soportar la acidez de un comentario desafortunado pero característico de la mordacidad de algunos presentadores.

El público tiene derecho a preguntarse si lo ocurrido estaba preparado porque desde anoche no se habla de otra cosa. Parece claro que lo de Chris Rock estaba guionado pero la respuesta fue espontánea. El peor castigo para Will Smith es que a 24 horas de su consagración como mejor actor protagónico nadie habla de su actuación y todos comentan ese minuto en el que atravesó raudo el escenario del Dolby y silenció al comediante de la noche.

Alopecia

El problema que detonó el episodio de violencia en la entrega de los Oscar es la alopecia que padece la mujer de Will Smith, que provoca la caída del cabello, de la existen tres tipos y afecta al 20 por ciento de las mujeres

– La alopecia androgenética: se produce a lo largo de varios años, en los que el cabello queda débil y se cae poco a poco.

-– La alopecia areata: se diferencia porque van apareciendo espacios sin cabello del tamaño de una moneda aproximadamente y que, si no se trata, pueden formar grandes placas.

– En la alopecia nerviosa: el cabello se cae de forma homogénea durante 8 a 10 días, por lo que aumenta el estrés personal. Cuando pasa este período, el pelo vuelve a nacer por sí solo.

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Entre otras celebridades, han padecido el problema la supermodelo Tyra Banks, Viola Davis, Neve Campbell, Keira Knightley, Naomi Campbell y Kristen Stewart. Mucho más cerca, el ex futbolista Oscar Dertycia, que en los 90 lucía una cabellera espectacular , pesada, larga y decorada con rulos, perdió hasta el último cabello por una cuestión nerviosa.

Según ha recordado en diversas oportunidades, su mal momento llegó después de una lesión que se produjo tras un choque con Diego Armando Maradona, a lo que se sumó los problemas de la salud que por entonces atravesaba su mujer.

La alopecia tiene distintos grados. Para mucha gente el inconveniente pasa rápidamente con tratamientos sencillos y, sobre todo cuando se controla el estrés. Para otros, en cambio, la caída del cabello no tiene retorno y genera amargura, como parece que le ocurre a Jada Pinkett Smith.

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