Cómo es "La habitación de al lado", la primera película de Almodóvar en inglés

Francisco Vidal

Opinión: muy buena

Una osada periodista de guerra y una escritora exitosa en ventas tienen algo en común: fueron grandes amigas en la juventud y se desencontraron con el tiempo. La enfermedad de una las hará conectar profundamente otra vez.  

Esa historia propone "La habitación de al lado", la primera película filmada íntegramente en inglés del consagrado cineasta español Pedro Almodóvar, basado en la novela "Cuál es tu tormento" de Sigrid Nunez.

Julian Moore es la autora Ingrid, que en una firma de libros se entera de que su amiga, la cronista de conflictos bélicos Martha (una implacable Tilda Swinton), está muy enferma, por lo que decide visitarla en el hospital. 

El reencuentro desencadenará en una amistad que regresa con mucho afecto y apoyo por parte de Ingrid, pero una presión muy grande para ella para sostener a una amiga que está muriendo y que le propone algo muy difícil desde lo emocional.

Por momentos muy teatral, la película es un mano a mano de grandes actuaciones (lo de Swinton sobre todo) que se da en una casa de campo rodeada de un precioso bosque.

La nostalgia aparece en el relato de Almodóvar como motor poético, vinculada a recuerdos del pasado, viejos libros, imposibilidades actuales y hasta la imagen de la naturaleza misma en la nieve que cae.

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Con la fotografía (Eduard Grau) y la puesta en escena que caracteriza al español, sí se puede sentir a "La habitación de al lado" algo más seca en comparación a su obra ibérica. No es estridente como tiene acostumbrados a sus seguidores y sus personajes se sienten más contenidos: la frontera del idioma puede haber jugado aquí su parte.

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La película se presenta como un relato calmo y reflexivo, guiado en gran parte por la música sutil de Alberto Iglesias.

John Turturro ofrece también un pequeño pero destacado rol de descarga para esta mujer que oficia de acompañante y que tiene que lidiar con la complicada situación en la que la puso su amiga.

Sin sentimentalismos y hasta con dureza, las protagonistas en sus diálogos desmitifican cuestiones ásperas y dejan abierto un rico debate en relación al peso que la sociedad le da a la muerte.