La inflación, Sergio Massa y el chat de Elon Musk

Adrián Simioni

¿Han probado el chat GPT? ¿Saben lo que es? Es un chat, una conversación por Internet que podés mantener con un robot informático que tiene una enorme capacidad para interpretar lo que decís y darte una respuesta. Creado por una compañía de Elon Musk, el creador de Tesla, PayPal y comprador de Twitter. Es un producto nuevo en testeo, pero ya tiene más de un millón de usuario. Está todo el mundo loco con eso. Hay quienes dicen que puede reemplazar a Google. Se alimenta de todas las bases de datos disponibles en la web, pero no te da una copia de esas cosas, como Google, sino que te da un discurso elaborado. Le podés pedir cualquier cosa y te la responde al instante, organizada en la forma en que querés.

Por ejemplo, un alumno podría pedirle a ChatGPT que le escriba la monografía que le pidió su maestro. Y el maestro no podría identificar un documento igual en la web que ponga en evidencia el plagio. Yo le pedí hace un rato un poema de despedida para Vivanco y Savelli, que se van de vacaciones y esas son las cinco estrofas de cuatro versos que pasé recién al chat del programa.

Bueno, como está Sergio Massa lanzando -otra vez- un nuevo sistema de control de precios en el país, de esos que sabemos que no funcionan, le pregunté a ChatGPT cómo hacen los países para bajar la inflación. Y su respuesta, sintetizada, construida con la experiencia convencional que hay en el mundo sobre el tema dice lo siguiente:

Bajar la inflación implica políticas monetarias y fiscales que apunten a reducir la demanda agregada, mejorar la productividad y estabilizar la moneda. Los bancos centrales suben la tasa de interés para reducir la cantidad de dinero en la calle, los gobiernos reducen el déficit fiscal subiendo impuestos o reduciendo su gasto, invierten en educación, formación laboral e infraestructura para bajar costos de producción y suelen implementar control de salarios. El chat del robot también dice que a veces los gobiernos implementan controles de precios para regular directamente el precio de mercaderías y servicios, pero advierte que eso, si funciona, puede bajar la inflación sólo en el muy corto plazo y que, al contrario, fijar precios puede subir la inflación a mediano plazo porque el control de precios puede desmotivar a los productores de esos bienes, con lo cual puede haber faltantes de esos bienes, una menor oferta de esos bienes, con lo que luego de un tiempo esos bienes van a terminar aumentando de precio.

Lo sabe hasta un robot que da respuestas automáticas. Pero ahí estamos nosotros, los argentinos, asistiendo a nuestro plan de control de precios número 824.000 en el país que ha permanecido más décadas que ningún otro en el podio de los países inflacionarios. Ahora falta crearle una cuenta a Sergio Massa en el chat GPT. A ver si se entera.