Tildar a alguien de "mufa": entre el bullying y la superstición

Cualquier encuentro deportivo, y más aún el Mundial de Fútbol se presta para poner a prueba la suerte, el azar y reavivar la costumbre de señalar a ciertas personas como “mufas”, ante un resultado no deseado.

Sin embargo, en los tiempos que corren, donde las redes sociales tienen amplio protagonismo, esta calificación roza la violencia y el bullying.

Pablo Semán, sociólogo y antropólogo especializado en culturas populares y religión, explicó a Télam que la mufa es una forma histórica de "socavar indirecta y progresivamente a alguien". Advierte que "lo particular, esta vez, es que el conflicto tiene los ribetes de las redes sociales que amplifican y expanden entre millones de personas" y suma la “bronca latente en el aire”. “Estamos en un momento de todos contra todos, de legitimación de la agresividad discursiva", analiza Semán.

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Para el sociólogo, se trata de una "una agresividad macha", un síntoma de que cambiaron los tiempos en el fútbol. "Aún cuando no parezca, el fútbol también tiene nuevos públicos y rutinas. Por ejemplo, el odio muchas veces se dirige contra las mujeres que comentan o contra los que desentonan con las convenciones de un estadio. Creo que el viejo público tradicional anota los cambios y reacciona de forma muy agresiva", sostiene.

Al respecto el escritor Juan Sklar, tuiteó que: “Creer en la mufa y las cábalas me parece una pavada pero no jode a nadie. Creer que una persona es mufa es de forro (sic). Y sobre todo, de cobarde. Es culpar a otro por los fracasos que no podés manejar".

En el artículo de Télam cita también a José Garriga, doctor en Antropología social, investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de San Martín, quien manifiesta que “la idea de mufa no es nueva, se reedita cada tanto. En el mundo del fútbol hay jugadores, técnicos y personajes mufa desde siempre".

Por su parte, Cadena 3 consultó con el psicólogo Mauricio Strugo sobre el aferro exagerado a una cábala y las supersticiones en el deporte y explicó: "Hay algo que es difícil de comprender, que tiene que ver con el alma colectiva: hay una energía, que es que, si todos nos involucramos e hinchamos, habrá una energía positiva. Al contrario sucede cuando estamos deprimidos y las cosas buenas no llegan".

"Cuando la Selección pierde nos genera un malestar y angustia. Quedamos desahuciados, no podemos pasar la página y nos enojamos con los jugadores. De ser los héroes pasan a ser los villanos", indicó y aclaró que si bien todos los argentinos quieren que los resultados en un partido sean favorables, sostuvo que los jugadores no deben ser los salvadores.

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