Alquilar un salón de fiesta en tiempos de inflación: precios, obstáculos y rebusques

Planear una boda, un cumpleaños de 15 o una graduación siempre ha sido un desafío logístico y financiero, pero en tiempos de inflación económica, los implicados se enfrentan a un conjunto único de obstáculos para organizar su día especial.

Los precios fluctuantes y la incertidumbre económica pueden dificultar la tarea de establecer un presupuesto sólido. Para arrojar luz sobre este tema, Iván Hawryluc, presidente de la Cámara de Salones de Rosario, habló en Viva la Radio por Cadena 3 Rosario.

"Con la inflación, lamentablemente, que atravesamos todos, nuestra industria trabaja con eventos a fecha, es difícil armar presupuestos y las solicitudes de los clientes, es muy difícil poner precios para ventas dentro de 4, 5 o 6 meses", afirmó.

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El presidente de la Cámara de Salones explicó que, para ofrecer un servicio de calidad, los profesionales de la industria están trabajando en base a costos actuales y que algunos detalles se dejan para ajustar más cerca de la fecha del evento, para asegurar que tanto los clientes como los proveedores no se vean afectados negativamente por las fluctuaciones económicas.

"En cuanto a los hábitos, la gente suele mantenerlos, tratamos de hacer todo, cada uno va escalando en qué productos puede tener en su evento", dijo. Destacó que, en lugar de reservar solo el lugar, los clientes ahora quieren conocer de antemano todos los aspectos, desde la gastronomía hasta la ambientación, para poder planificar la financiación de manera efectiva.

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El presidente de la Cámara de Salones de Rosario señaló que la industria de graduaciones también ha cambiado en términos de presupuesto y financiación. "Un menú de entre 2 mil y 18 mil pesos, va a variar en función del producto que se elija", explicó. Además, mencionó que los clientes generalmente pagan un 20% de reserva, la mitad entre el día que se contrata y el día del evento, y un 70% cerca de la fiesta para cerrar el acuerdo.

En última instancia, Hawryluc concluyó que la comercialización de los servicios de bodas y eventos varía según cada empresa y la flexibilidad en los pagos se ha convertido en una necesidad para adaptarse a las cambiantes circunstancias económicas.