La clausura del jardín Álamos genera interrogantes sobre la enseñanza privada

Repentinamente, los padres que enviaban a sus hijos al instituto privado de nivel primario, preescolar e inicial Álamos, ubicado en Salguero al 100, en el barrio de Almagro, recibieron la noticia del cierre definitivo el jueves 5 de junio a través de mensajes de WhatsApp.

Inaugurado hace seis años por un vecino de la zona, el establecimiento había sido considerado desde su inicio como problemático, con testimonios de padres y docentes que denunciaron irregularidades. A lo largo del tiempo, la matrícula fue disminuyendo, lo que afectó su viabilidad.

La educación privada no solo conlleva altas tasas de matrícula, sino también costos adicionales por uniformes, actividades extracurriculares y excursiones, lo cual se traduce en una carga financiera considerable para las familias.

Las tendencias indican que la baja en la natalidad no es el único factor que ocasiona el traspaso de estudiantes de escuelas privadas a públicas. Especialistas advierten que el fenómeno comenzará a expandirse al nivel primario y secundario en los próximos años, ya que jardines de infantes y colegios en el Área Metropolitana de Buenos Aires han cerrado diversas salas de nivel inicial, tal como ocurrió con Álamos.

Asimismo, opciones de educación privada se vieron afectadas por la crisis económica derivada del aumento de costos de servicios y el incumplimiento en el pago de cuotas, estimado en un 25%. Alertas planteadas a inicios de año sugirieron que la matrícula en el nivel inicial podría caer un 34% respecto a 2019 para 2025.

Por otro lado, se proyectó que hacia 2028 el problema se trasladaría al nivel primario, donde se prevé una disminución del 25% en la cantidad de estudiantes.

Inicio del ciclo lectivo con cierres

El año comenzó con varios cierres de instituciones educacionales, como el Colegio San Ignacio en Vicente López, que despidió a sus alumnos de nivel inicial, primario y secundario en diciembre. Situaciones similares afectaron al colegio Green Highland en Flores y al Jardín Juguemos de San Miguel, que cesó sus actividades tras casi cuatro décadas.

Reconocidos colegios como el Highlands College en Vicente López, el tradicional San Fernando y el Coghlan College también han enfrentado cierres en los últimos dos años. El secretario ejecutivo de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Argentina (Aiepa), Martín Zurita, expresó su dolor por la situación, indicando que estas instituciones son cruciales en la comunidad.

Solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), se contabilizan 883 establecimientos de nivel primario, de los cuales 429 son de gestión privada, mientras que 454 son de gestión estatal, según informes de Ademys. En total, la CABA alberga 2.750 escuelas de todos los niveles, de las cuales 1.207 son públicas.

La situación del colegio Álamos

La crisis del colegio Álamos se acentuó en este año, cuando los 11 alumnos de séptimo grado experimentaron un cambio de docentes en cuatro meses. La falta de profesores llevó a situaciones críticas, donde incluso la directora tuvo que asumir clases por ausencias prolongadas.

Los docentes denunciaron que el contexto laboral era complicado, pues no podían solicitar licencias ante la carencia de personal para reemplazarlos. El Ministerio de Educación porteño confirmó el conocimiento sobre la grave situación de la escuela, señalando que se trataba de una institución de gestión privada sin subvención estatal, aunque aseguran que brindaron acompañamiento pedagógico y administrativo durante la fase de cierre y trabajaron en la reubicación de los alumnos.

El propietario de la institución enfrentaba problemas financieros desde sus inicios, lo que obligó a aumentar las cuotas a niveles inalcanzables para muchos, resultando en aulas desiertas. Para este año, el colegio funcionaba con solo algunos grados: primero, cuarto, quinto y séptimo, donde en mayo se fusionaron cuarto y quinto debido a la escasa cantidad de estudiantes.

La situación se tornó insostenible hasta que una madre fue informada el 3 de junio por la directora de que debía retirar a su hija por la incapacidad de ofrecer clases. Dos días después, otro padre comunicó que el colegio cerraría, y al día siguiente se distribuyeron boletines repletos de errores administrativos.

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