Oscar: Los que se fueron sin nada y merecían una estatuilla

Lo  que más duele en esta parte del mundo es que "Argentina, 1985" haya sido derrotada por "Sin novedad en el frente". Pero no es extraño que haya ocurrido y tampoco es injusto.El film de Edward Berger tiene todo lo que hace falta para merecer el Oscar, la grandiosidad que le gusta a Hollywood, buenas actuaciones  y cuenta una historia  apasionante escrita por un gran autor.

Entre paréntesis, no obstante, se puede coincidir con Ricardo Darín que el viernes , antes de la entrega, señaló que la producción que terminaría venciéndolo  es muy buena, "pero le falta algo".Y probablemente lo que le falta es un final como el que Delbert Mann  le dio a la versión de 1979 del libro de Erich María Remarque: una emoción contenida que estalla en el último segundo  cuando una bala perdida define la historia del protagonista, encarnado por Richard Thomas.

Pero vamos a los que se  quedaron sin nada y merecían mucho. La estatuilla a mejor actriz protagónica venía peleada entre Michelle Yeoh y Cate Blanchett. Hollywood, ya se sabe, sucumbió al encanto de esa rarísima mezcla de comedia y ciencia ficción que es "Todo, en todas partes, al mismo tiempo" y se la dio a Michelle.

En la previa de la ceremonia del domingo, la cátedra estaba dividida pero aún  los que juzgan que "Tar" no es una gran película  aseguraban que la directora de  orquesta que interpreta Cate Blanchett era , de todas las nominadas, la que había hecho méritos para quedarse con el premio mayor.

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Pero no hubo Oscar para ella  y para obtener justicia tendrá que esperar una nueva política y un papel tan poderoso  como el de Lydia Tár que esta vez  le permitió un gran lucimiento pero durante la entrega la dejó con gusto a poco.

"Los Fabelman" era una de de las películas que ilusionaba al elenco.Primero porque constituye un homenaje al cine  y en segundo lugar porque  refleja una parte de la biografía de Steven Spielberg, un director icónico.

Al comienzo de la ceremonia , su conductor Jimmy Kimmel  lamentó que justo estuvieran ausentes en el Teatro Dolby los dos tipos que más habían hecho  por la reactivación de la industria cinematográfica : James Cameron y Tom Cruise.

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El primero es el director de "Avatar: el camino del agua", 13 años de trabajo constante , una inversión millonaria y otro éxito de taquilla descomunal  de un realizador que reúne en partes iguales la imaginación fantástica de un niño y la capacidad de un mago de las finanzas. La película se llevó uno de los Oscar técnicos, el de mejores efectos especiales.

Y "Top Gun: Maverick" tuvo como premio el de mejor sonido. Y eso que Spielberg que desde hace años no se hablaba con Cruise , lo abrazó y le deslizó al oído "le salvaste el culo a Hollywood".

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Y tal vez lo peor de la noche y casi imperdonable es que "Los espíritus de la isla" no lograra ninguna de sus ocho nominaciones .Tal vez la justicia suprema que  ayuda a olvidarse de toda esa inequidad  sea  el Oscar a Brendan Fraser. Si no decían su nombre cuando fue el turno de mejor actor protagónico, íbamos a marchar sobre Los Angeles para derribar piedra por piedra hasta la última columna del Teatro Dolby.

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