Los reunió una mala película y tuvieron una boda de novela

En una de esas cinematográficas y blancas capillitas de Las Vegas , sobre el filo de la medianoche del pasado sábado, Jennifer López y Ben Affleck intercambiaron anillos y se juraron amor eterno. La boda selló una relación que el mundo conoció dos décadas atrás cuando los convocaron para protagonizar "Gigli", una auténtica calamidad dirigida por Martin Brest.

Presentada como una "comedia romántica, dramática y de acción", los productores no lograron salvar ni siquiera el dinero invertido para el rodaje. Es que ,entre otros, el reparto incluía a Al Pacino quien por entonces-transcurría el 2003-ya acostumbraba llevarse más de la mitad del presupuesto de un filme.

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Larry Gigli (Ben Affleck) es un ladrón de poca monta al que encargan secuestrar, y más tarde cortarle un dedo, a Brian (Justin Bartha), el hermano menor con problemas mentales de un poderoso fiscal federal, para evitar que un jefe de la mafia vaya a la cárcel. 

Escondido en su departamento de una sola habitación con Brian, Gigli recibe la visita de Ricki (Jennifer López), una chica de espíritu libre enviada como refuerzo ya que su jefe piensa que Gigli puede estar flaqueando.

 Gigli se enamora de la inaccesible Ricki y llega a extremos increíbles para ganársela. Cuanto más se resiste más fuerte se hace su atracción por ella y al dejar que sus sentimientos interfieran en los negocios, Gigli y Ricki desencadenan una serie de acontecimientos que ponen en peligro sus planes para una larga relación y de paso sus propias vidas.

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Las revistas del corazón , los programas de espectáculos y, esencialmente, los responsables de la película suponían que la pareja protagónica podía llevar a multitudes al cine pero eso no ocurrió.

Affleck dijo que "para ser una película que es a la vez un bombazo famoso y un desastre, muy pocas personas realmente la vieron. No funciona, por cierto. Es una especie de cabeza de caballo en el cuerpo de una vaca. Y el estudio en ese momento, debido a que había comenzado a tener esta relación con Jennifer , que vendía muchas revistas y parecía generar mucho entusiasmo, como era de esperar, simplemente se aferraron a: Quieren una comedia romántica. Ahí la tienen Y fue como un sketch de  Saturday Night Live ".

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De todos modos, el actor dijo que el desastre que advertía hizo que se replanteara su carrera y decidiera que, en adelante, a sus películas las iba a dirigir él mismo.

“Era deprimente y realmente me hizo cuestionar las cosas y sentirme decepcionado y con muchas dudas. Pero si no hubiera ocurrido la reacción a esa película probablemente no habría decidido en última instancia: Realmente no tengo otra opción que dirigir películas, que ha resultado ser el verdadero amor de mi vida profesional. Entonces, de esa manera, es un regalo. Y pude conocer a Jennifer, la relación que ha sido realmente significativa para mí en mi vida”.

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