Cortarse el pelo no es lo mismo que ir a la peluquería

Fernando Genesir

En el marco de la presentación del nuevo programa Precios Cuidados para la Construcción, desde una planta de grifería en el partido bonaerense de San Fernando, el presidente Alberto Fernández se refirió a las oportunidades que ofrece el Ahora 12 para estimular el consumo.

Así fue como a la hora de describir sus bondades y el uso que se le puede dar, tuvo un comentario que no pasó desapercibido.

Fue cuando dijo: "Hemos extendido el Ahora 12 a las peluquerías. Nosotros los hombres no gastamos mucho en peluquería, pero las mujeres sí, con lo cual el Ahora 12 creo que les puede servir de mucho".

El comentario de Fernández tuvo un rebote inmediato en las redes sociales, donde se hablaba desde lo que sale ir a la peluquería hasta si ahora van más seguido los hombres que las mujeres.

El comentario presidencial recuerda cuando Cristina Fernández, en su función de presidenta de la Nación, había presentado el Ahora 12 en 2014.

En aquel momento, Cristina dijo que el plan era "muy importante porque además van a poder comprar también muebles, indumentarias, zapatos, carteras, marroquinería, etc.".

Volviendo a los dichos de Alberto, se me ocurren varias cosas para resaltar.

Primero, me parece que hay un error generacional del Presidente: hoy los más jóvenes consumen peluquería sin distinción de género: tanto varones como mujeres en el segmento de los 20/30 años van a la peluquería por igual, seguramente porque tienen una noción distinta de la belleza.

En la cuestión de fondo, lo primero que salta a la vista es que anunciar que se puede pagar la peluquería en 12 cuotas habla de lo mal que estamos, habla de la decadente economía argentina.

Y habla de como caen los salarios en relación a la inflación o para decirlo de otro modo, de la caída del poder adquisitivo al punto de que la peluquería es cada vez más inalcanzable para cada vez más gente y entonces ahora lo podes pagar en 12, 18 y 24 cuotas. Increíble pero real.

Lo digo más simple: admitir que se necesite financiación para pagar la peluquería es reconocer que la gente no tiene un peso.

El otro tema es el engaño de comprar ciertos productos o de pagar ciertos servicios con el Ahora 12.

Siguiendo el ejemplo que ponía Cristina, una cosa es comprar una cartera por año en cuotas. Pero si te compras 4 carteras por año, vas a terminar endeudadísima. Vale lo mismo para la peluquería. Si vas a la peluquería cada 6 meses, pagás en 6 cuotas. Pero si vas todos los meses y pagás en 12 cuotas, vas a tener un problema porque todos los meses se te van a ir acumulando las cuotas: las de mes pasado, más la de éste, más las del que viene. Entonces termina siendo un plan ridículo. Te conviene pagar en efectivo.

Un ABC del endeudamiento para consumo es que el plazo de pago nunca debe ser mayor que la duración del bien adquirido. Por eso son interesantes los electrodomésticos en 12 o 24 cuotas. Pero no la peluquería.

No me imagino que el anuncio de Ahora 12 para peluquerías sea el más esperado por los argentinos y las argentinas.

Seguramente a la mayoria de los que nos escucha no le preocupa cómo pagar la peluquería, sino cómo llegar a fin de mes o cómo encontrar un trabajo porque lo perdió o cómo hacer para no perder el empleo que todavía tiene pero no sabe hasta cuándo.

A propósito, quizá no haya sido muy afortunado hablar de la posibilidad de pagar la peluquería con el Ahora 12, el mismo día que Falabella, Sodimac y compañía anunciaron que se quieren ir del país, que cierran cuatro sucursales de la provincia de Buenos Aires y que abren un registro de retiros voluntarios.

Léase menos inversión y menos trabajo para los argentinos y las argentinas y, por lo tanto, muchos y muchas que no podrán usar la tarjeta ni para ir a la peluquería.

Yo entiendo que el Ahora 12 nació como una medida para incentivar el mercado interno en el marco de una economía en caída y con inflación.

Pero también convengamos que no estamos hablando de un programa basado en el crecimiento vía aumento de la producción y de las exportaciones.

El Ahora 12 de Cristina es como el Solo Bus de Macri.

No tengo crecimiento, te anuncio ahora 12. No tengo obras, inauguro más Solo Bus.

Son analgésicos que calman el dolor, pero que no curan.

Y son ejemplos de la Argentina que tenemos. Como diría el filósofo Cacho Buenaventura, es "lo que hay".

El Ahora 12 es una muestra de la economía argentina que en lugar de crecer, de generar mejores ingresos y más empleo o de atraer inversiones, encuentra estos vericuetos para tener la sensación de que podemos comprar ganándole a la inflación.

Es un instrumento que le sirve al Gobierno para estimular el consumo y para generar la sensación de bienestar de los consumidores.

Una ley básica de la economía es tener un ingreso que supere el consumo. O no consumir por encima de tu ingreso.

Pero muchos gobiernos promueven que se ignore esa ley al sostener que, en realidad, el consumo es un derecho o un hecho de justicia social.

Así, plantean el consumo no en función de las necesidades básicas sino en relación a todo lo que rodea a esas necesidades básicas.

Cortarse el pelo no es lo mismo que ir a la peluquería. Cortarse el pelo es una necesidad pero ir a la peluquería es algo superfluo.

Sin embargo, el Gobierno considera el consumo de una peluquería como una necesidad básica y por eso se coloca adentro del Ahora 12.

Pagar la peluquería en cuotas no es la única medida de las últimas horas.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, dijo: "Vemos un rebote de la economía, en las últimas tres semanas hubo más changas”.

Eso sí, aclaró Arroyo que no espera un crecimiento "a tasas chinas".

No hace falta que lo aclare, ministro.

Todos vemos lo que está pasando: empresas que se van, peluquería en cuotas, aumento de changas, créditos del Banco Nación para la compra de motos, un Presidente que festeja una inversión de cinco millones de dólares, y hasta la tapa de un diario por la entrega de 5 casas del Procrear.

Podría decir bienvenidos a la odisea, que es como decir bienvenidos a la Argentina.

Vuelvo mañana con mi mirada periodística.