El "toliamor" y los límites del vínculo: "No hay cuernos si la cosa está acordada"

Las relaciones amorosas y sexo-afectivas han atravesado cambios profundos en los últimos años, evidenciando una mayor apertura hacia modelos que rompen con la estructura monógama tradicional. Este fenómeno responde en gran medida al creciente reconocimiento y aceptación de diversas formas de amar y conectar, adaptándose tanto a las necesidades individuales como colectivas de las personas.

En este marco, conceptos como "poliamor", "relaciones abiertas" y "parejas no monógamas" se han vuelto familiares para muchos. Sin embargo, siempre emergen nuevas tendencias que, al principio, pueden generar escepticismo, como es el caso del reciente "Toliamor".

Walter Ghedin, médico-psiquiatra y sexólogo, explicó en Viva la Radio por Cadena 3 Rosario que el poliamor, que se relaciona con el "toliamor", representa una forma de pareja abierta donde no es necesario un acuerdo previo para tener relaciones externas.

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"En este caso, el llamado poliamor es, si en una pareja abierta se requiere acuerdo fundamental, acá no es necesario ese acuerdo", afirmó Ghedin, subrayando que, en estas relaciones, los involucrados pueden mantener vínculos con terceros sin considerarlo infidelidad.

El especialista también hizo hincapié en que "no hay cuernos cuando la cosa está acordada". A diferencia de las parejas monógamas, donde las pautas son implícitas, las relaciones abiertas requieren de una definición clara de sus parámetros.

"En una pareja abierta hay que definir los parámetros en los que se va a mover esa relación abierta", añadió Ghedin. Respecto a la efectividad de estas relaciones, indicó que "se hizo un pico estos años atrás de parejas abiertas, poliamor, y ahora la cosa está decantando".

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Según su experiencia, la tendencia hacia el poliamor ha llevado a una mayor tolerancia en las parejas monógamas hacia la infidelidad, permitiendo que se "toleran mejor" las transgresiones en un contexto donde las relaciones no convencionales son más visibles.

Finalmente, Ghedin advirtió que abrir una relación en crisis podría ser contraproducente. "Eso es el fin", sentenció, sugiriendo que estas prácticas son más efectivas en parejas que buscan enriquecer su vínculo, en lugar de aquellas que ya enfrentan conflictos significativos.