Volvió la Cristina con toda la polenta… y se habló encima otra vez

Adrián Simioni

Milei le debe estar prendiendo una vela a las Fuerzas del Cielo. Ayer volvió Cristina, con toda la polenta de siempre… y se habló encima. No tenemos encuestas, pero sí la impresión de que cada vez que habla le hace un favor a Milei.

Tuvo dos intervenciones memorables. En una se dijeron de todo con el ministro de Economía, Luis Toto Caputo. Ella lo acusó de hacer un “ajuste inhumano” para pagar la deuda que él mismo generó con Macri. Él le respondió con la verdad: la mayor parte de la deuda de las últimas décadas la generó ella, que recibió un Estado con superávit y lo dejó con un déficit de 7 puntos del PBI. Todos esos déficits de tantos años fueron rojo acumulado que se paga con emisión de pesos o deuda. Lo que pasa es que eran deudas no anotadas: con las provincias, con los jubilados, con las empresas energéticas, con las reservas negativas del Banco Central, con la venta multimillonaria de dólares futuros que no había. Para pagar todo eso (la reparación histórica de los jubilados, por ejemplo) el gobierno de Macri emitió bonos. Y lo documentó. Blanqueó la deuda. Y luego se tomó el crédito con el FMI, en gran medida para reemplazar deudas más caras que los prestamistas ya no querían renovar y en parte para esas deudas blanqueadas. Terminó mal la discusión. Caputo le recordó que Néstor, según las memorias del exministro Remes Lenicov le decía que ella no sabía nada de economía, y ella lo trató de misógino.

Pero vamos a lo más caliente. Cristina, que siempre se las sabe todas, dijo sin dudas, como siempre, que los incendios en Córdoba eran culpa de los desarrolladores inmobiliarios. Y criticó a la Provincia por no adherir a una ley de 2020 que impulsó su hijo Máximo. Le salió a contestar la Ministra de Ambiente de Llaryora e hija de Olga Riutort, Victoria Flores. Le dijo que Córdoba tiene una ley propia de 10 años antes. Y que es una fábula la de los desarrolladores o la de los dueños de campos, porque no se puede cambiar el uso de la tierra luego de un incendio. Quemar es al cuete.

Pero activó muchas otras críticas. Por las redes salieron a recordarle que las mayores superficies quemadas en Córdoba se dieron en 2020 con ella de vice y en 2013 y 2009, cuando ella era presidenta y ya se las sabía a todas, como siempre.

Y otra gente más mal llevada aún recordó otro fuego tremendo que hubo en Córdoba, pero lo que se incendió fue Córdoba capital en 2013, cuando la policía se amotinó y dejó zona liberada para que Córdoba fuera saqueada, mientras su gobierno se negaba a permitir que los gendarmes de Jesús María intervinieran para tratar de recuperar la paz social. Cuando dejó que nos cocináramos solos.

En Córdoba la memoria funciona mucho mejor que la de Cristina cuando se habla encima.