La ONU también es para Cristina

Adrián Simioni

El gobierno kirchnerista le teme a cualquier cosa, menos a las contradicciones. Lo veremos entre hoy y mañana.

Por un lado, mañana va a llegar a la Argentina Nicolás Maduro, que preside Venezuela luego de haber hecho un golpe contra el Congreso de su país en 2015 simplemente porque la oposición había ganado las elecciones. Maduro ha mandado al exilio a 7 millones de venezolanos. Y los que quedan adentro han sido sometidos a la miseria con graves violaciones de los derechos humanos constatados a través de una misión especial del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU.

Sin embargo, el gobierno K, supuesto campeón de los derechos humanos, lo va a recibir con oropeles. Permitirá que Maduro use su visita a la Argentina para legitimarse y mostrar que no está aislado.

Por el otro lado, el secretario de Derechos Humanos de la Argentina, Horacio Pietragalla, va a exponer hoy en Suiza, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación de ese tema en el país. Y allí va a decir que en Argentina hay una persecusión judicial y mediática contra su jefa, Cristina Fernández. Va a plantear que en Argentina se violan los derechos humanos de la vice.

La cosa es rarísima. Primero, porque los que violan derechos humanos son en general, por definición, los estados y los gobiernos. Así que estas instancias internacionales como la de la ONU es para que acudan ciudadanos de a pie cuyos derechos son vulnerados por los gobiernos. En cambio el gobierno argentino va a ir al Consejo de la ONU a defender a alguien que presidió dos veces el país, que hoy es vicepresidenta y que hoy controla el Poder Ejecutivo, la mayoría del Congreso, la mayoría de las provincias y buena parte de la Justicia. Es rarísimo que se estén violando los derechos humanos de semejante ser todopoderoso sólo porque a un tribunal se le ocurrió encontrarla culpable en un caso de corrupción, en un fallo que aún no está firme y que todavía falta apelar.

Pero lo más curioso de todo es que Cristina Fernández vaya a victimizarse ante este órgano de la ONU, que es el mismo órgano que vigila el respeto de los derechos humanos en Venezuela. En octubre Argentina se abstuvo de votar a favor de que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU siguiera revisando la situación en Venezuela. En los hechos, la Argentina está diciendo que no quiere que la ONU se dedique a cuidar a millones de venezolanos de a pie, sino que se ocupe de una sola ciudadana argentina, la más poderosa del país.

Muchas gracias, que tengan un hermoso día.