¿Qué le sucede a Talleres?

Gabriel Rodríguez

Los objetivos de Talleres este año son clasificar a los torneos internacionales 2023 a través de los certámenes argentinos, en Copa Argentina llegar lo más lejos posible, en Copa Libertadores clasificar a octavos de final o poder seguir en la fase final de la Copa Sudamericana.

Lo dijo su presidente Andrés Fassi porque la vara quedó tan arriba después de un gran 2021 que no tenía sentido reflejar otra cosa. La ilusión era altísima y con el máximo torneo continental a la vuelta de la esquina, tener este flojo presente asusta, incomoda… Sí, van apenas cuatro partidos, la cautela tiene que ser clave pero es cierto que no se puede tapar el sol con las manos: todos estamos viendo un desconcierto futbolístico.

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¿Qué le pasa a Talleres? ¿Cómo puede cambiar tanto un equipo al que apenas se le fueron dos titulares inamovibles como Tenaglia y Auzqui? Porque Komar no era indiscutido. Llegaron 15 futbolistas, de los cuales hay pocas certezas y muchas apuestas. Es decir, el equipo tiene cantidad y está por verse si posee calidad porque jerarquía comprobada la puede mostrar Girotti, algo de Matías Esquivel y por momentos Garro.

El tanto de Girotti ante Newell’s marcó la vuelta al gol después de 362 minutos, el peor registro de su historia. Tiene dos puntos de 12 posibles aunque no es el peor arranque desde su regreso a Primera, que hasta aquí lo tiene el equipo de Kudelka en la temporada 2016/17 y en donde hasta la 5° fecha sólo tenía 1 punto. Hace 6 encuentros oficiales que no gana pero contando los amistosos de verano, el número llega a 9 sin triunfos, desde el 4 de diciembre pasado ante Sarmiento, es decir hace poco más de tres meses.

En cuatro fechas sufrió doce amonestaciones, uno de los equipos con más amarillas de la Copa de la Liga. En cuatro fechas ya tiene la misma cantidad de jugadores expulsados que en el Torneo de la Liga pasada: dos. En cuatro cotejos, no pateó al arco frente a Patronato y sólo tuvo un disparo ante Platense para totalizar doce remates efectivos a ese rectángulo de 7,32 de largo por 2,44 de alto, lo que le da un promedio de tres por partidos. Poco. Muy poco.

Entonces o los jugadores no entienden la idea de Hoyos o el técnico no logra hacerse entender. Suena raro que el entrenador diga que el equipo tiene volumen de juego cuando casi no patea al arco. Y más raro aún que hable de transición, una palabra que viene utilizando en demasía. ¿Transición a dónde? Transición seguro del cuerpo técnico, cuyas decisiones tácticas generan cierta desconfianza.

Entra uno que no juega hace rato por otro que lo venía haciendo, pero el primero es cambiado al término del primer tiempo por el que había salido. Uno de los volantes centrales, que explotó con Cacique Medina no renovó contrato, parece que se va a ir y casualmente o no perdió la titularidad. Pero cuando fue necesaria su presencia en Paraná jugó casi de enganche. El delantero que volvió de México, que es un extremo, fue el único punta en un partido dejando en el banco de suplentes al ahora tercer “9” del plantel, quien después ingresó pero para jugar por los costados… en fin.

A favor de Hoyos, fue el último entrenador en incorporarse a un club de la máxima categoría. Entre la salida de Medina, la vuelta a las prácticas con un cuerpo técnico institucional y el arribo de “Pelusa” pasaron 21 días. Llegó el viernes 14 de enero y el martes 18 ya jugó su primer partido en el hexagonal de La Plata. Agarró un equipo casi sin pretemporada, casi sin refuerzos.

Se le lesionaron dos jugadores claves como Santos y Valoyes. Batalla, Oliva y Godoy se incorporaron tarde. Enzo Díaz malogró un penal en el final del cotejo ante Unión. Y Girotti y Ramiro González fueron mal expulsados.

Hoyos no es responsable de eso pero aún no logar verse su mano porque el equipo tiene mucha voluntad pero muy poco fútbol. De eso sí es responsable. Ese gol de Girotti quizá cambie la mentalidad a futuro porque esa actitud de ir a buscarlo hasta el final ante Newell’s, no se había visto.

El técnico sostuvo que el resultado de esta tarde no condiciona su continuidad, desmintió que luego de la derrota frente a los rosarinos haya renunciado después de estar 50 minutos reunido con Fassi. Fassi lo banca.

Hoyos seguro que sabe donde está. Empezó acá. Es hincha de la “T” y como tal, entenderá de las inquietudes del mundo albiazul. Llegó con la exigencia para uno de los semestres más importantes de la historia del club. Volver a dirigir a Talleres después de lo sucedido en 2014, es el desafío más importante de su carrera. Estará en él encontrarle la vuelta.