"Bombonera, república del latido", una historia de pasión

Por Gustavo Gutiérrez

Marina Zucchi es la autora del libro “Bombonera (República del latido)", que fue presentado el pasado 25 de mayo, en homenaje por los 80 años de la inauguración del estadio xeneize.

La escritora y periodista es hincha de Boca de alma y “por herencia”, según confiesa, ya que proviene de una familia paterna muy boquensa en la que “no había otro destino que ser de Boca”.

En diálogo con Cadena 3 recordó que su primer partido fue el de Boca-Unión, en 1996, el mismo día que debutó Juan Román Riquelme, por lo que asegura que su bautismo con la Bombonera “terminó siendo más grande a medida que lo recuerda”.

En el texto, brinda a los lectores consejos para ir a la cancha en base a cuatro nombres: Diego Maradona, Martín Palermo, Antonio Roma y Hugo Romeo Guerra

La Bombonera es todos los que la habitaron y la hicieron estallar con goles y jugadas, a Palermo lo nombro porque hizo el llamado muletazo con un gol a River; Antonio Rroma por ser uno de los arqueros más importantes del club; Guerra por el nucazo en el minuto ‘90 y su gol a River y Maradona por sus proezas y errores

“Todos esos jugadores ayudaron a construir un concepto de la Bombonera”, agrega.

Para Marina, el estadio son todas las personas que lo habitan porque “con las mismas personas pero menos pasiones y sanguíneas, la Bombonera no late”.

“El espacio físico y la gente son un todo y ambos construyen un concepto de Bombonera y de vibración”, manifestó.

En cuanto a la “sanación del estadio”, reveló que en abril de 2016, se quedó a dormir en esas instalaciones y después de un partido deambuló por el hall hacia el campo de juego y los palcos y describió que “todo queda muy pulcro y en silencio”.

En esa línea trajo a colación una anécdota que se remonta a la era de Bianchi, cuando las autoridades de ese momento pensaron que había que hacer una “sanación espiritual” al estadio.

Convocaron a la señora Ángeles Escurra, que me explicó que hizo un trabajo de más de 10 horas limpiando con agua y aceite el estadio y ella sentía que había mucha energía atascada. Creer o reventar, después de esa limpieza, Boca salió campeón de todo

El libro también hace un homenaje a las mujeres de Boca, como a Manuela Farenga, una de las hijas de los fundadores quien cosió las primeras camisetas. La bibliotecaria María Calimonte que lee libros a los chicos del barrio o Julia Fieres, quien fuera la bandera de Boca por casi 50 años, y vivía en un primer piso de un departamento donado por el club, y que cada vez que había partido los cuadros de sus paredes se movían al son de la fuerza de la hinchada.

Finalmente manifestó sus temores ante los rumores que hablaron de “jubilarla” y mudarla hacia otro lugar porque “eso sería robarle la identidad”.

“En los últimos años se hablaba de que el estadio no cumplía con las expectativas del hincha, que los socios se quedaban afuera, que necesitaban un espacio más grande y que se construyera en otro barrio y el miedo es que eso robara la identidad porque Boca es el arrabal, los conventillos, la cuestión italiana, la cuestión genovesa”, definió.

“Yo pienso que cuando uno va a ver a Boca no sólo ve ese partido que transcurre, sino que se cruzan mil imágenes de todo lo que pasó y me gusta jugar con esa idea de que cuando uno está en la Bombonera se pasa una película con las historias anteriores, de los que ya no están pero siguen estando en ese lugar”, cerró.

El libro se puede conseguir a través de la plataforma bajalibros.com.

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