Catalán cambió silbidos por aplausos y llega a los 100 partidos en Talleres

Por Gabriel Rodríguez

Para que un jugador cumpla un centenar de partidos en el mismo club debe tener por cierto continuidad, confianza, carácter, templanza y otros calificativos que lo lleven a ser casi indispensable para el andamiaje del equipo. Ese es el caso de Matías Ezequiel Catalán, quien este jueves en la visita de Talleres a Cobresal de Chile cumplirá 100 con la casaca albiazul.

El marplatense arribó como refuerzo desde Pachuca a inicios de 2022, con Angel Guillermo Hoyos en el banco de suplentes y su primera experiencia fue decididamente mala. Ubicado en el lateral derecho debutó en la Copa de la Liga ante Platense y continuó en el primer equipo frente a Unión para ser suplente luego contra Patronato y regresar a la titularidad ante Newell’s en el Kempes, partido que pierde Talleres 2-1.

Esa noche del 28 de febrero, cada vez que tocó la pelota una estruendosa silbatina bajó desde las gradas del estadio, haciendo foco en un futbolista por el que Andrés Fassi había pagado medio millón de dólares.

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Ese “invierno” duró hasta el arribo del portugués Pedro Caixinha, quien dirigiendo a Santos Laguna en México conocía a Catalán. El luso le dejó el lateral derecho a Gastón Benavídez y en su debut no lo utilizó ante Gimnasia, pero unos días más tarde -el miércoles 6 de abril- la “T” hizo su presentación en la Copa Libertadores 2022 como local de Universidad Católica de Chile con el resistido ex San Lorenzo desde el vamos y de lateral. Lo que pasó después cambió todo.

A los 12 minutos, Ramiro González Hernández salió lesionado y Caixinha no hizo la lógica que era puesto por puesto sino que movió una pieza que modificó la estadía de Catalán en Talleres: Benavídez reemplazó a González Hernández y Catalán pasó a jugar de central. Y fue un gran acierto, mucho más que acomodar a cada jugador en la función que más rinde.

Y eso que había que encontrar jugadores confiables en una posición sensible porque a Talleres le costó dar en la tecla desde las partidas de Nahuel Tenaglia y Juan Komar. Es que además de González Hernández, aquel equipo tenía también a Rafael Pérez, Francisco Alvarez, Federico Torres, Tomás Palacios y hasta Julián Malatini, quien al igual que Catalán pasó de lateral a central, puesto en el que una temporada después se destacó y fue vendido por Defensa y Justicia.

Es que, nobleza obliga, nadie, salvo Caixinha y Fassi por su vínculo con Pachuca, podía imaginar el conejo que el entrenador sacó de la galera y que se terminó convirtiendo en un factor determinante desde ahí hasta la actualidad en donde es titular indiscutido, marcando bien, colaborando para que la defensa luzca más firme, potenciando la salida rápida desde atrás, con un buen cabezazo ofensivo, proyectándose con criterio y decisión.

En 99 partidos con la camiseta de Talleres, tiene cuatro goles, los primeros tres de cabeza que fueron contra Tigre y San Lorenzo en el Torneo de la Liga 2022 que sirvieron para empatar; en el Torneo de la Liga 2023 contra Instituto en Alta Córdoba que sirvió para abrir el marcador en la goleada por 3-0 y ante Central en esta Copa de la Liga que definió el 4-1.

De los 99 cotejos, 96 fueron como titular, saliendo apenas dos veces reemplazado por lesión y 88 de los 96 los hizo jugando de zaguero central, a la postre el puesto en donde encontró su lugar en el mundo Talleres. Durante 2023 disputó 36 de los 45 partidos de la “T” en el año y actualmente lleva jugados 14 de 17.

Llegó y no se destacó. Era uno de los jugadores más cuestionados y no sin razón, porque su rendimiento fue muy pobre. Por lesión de un compañero y la falta de un recambio de jerarquía, lo corrieron a la zaga y ahí dio su mejor versión para cambiar silbidos por aplausos y llegar a los 100 partidos.

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