Cultura política: entre la intransigencia y el pragmatismo

Sergio Berensztein

-Pocas veces uno puede tomar un hecho de la realidad argentina y extraer conclusiones de cómo funciona nuestro país. Elementos de nuestra cultura política, de nuestra falta de cultura política, los prejuicios, los estigmas que conforman nuestro entorno político tan tóxico.Esto es fruto de la enorme desconfianza entre las partes ,entre el Gobierno y la oposición e inclusive puertas adentro de la propia oposición.

-Aquí evidentemente, estamos frente a una dinámica donde lo que más falta justamente es la posibilidad de no desconfiar del otro, que es fundamental en nuestra vida cotidiana. Muchos analistas hablan de capital social, que es el más importante de todos los capitales. Uno puede tener una plata, pero además necesitás confianza para facilitar todas las interacciones en nuestra vida cotidiana.

-Hay otro elemento que me parece central. En la política, en democracia es central la posibilidad de acordar, de dialogar, de conocer la opinión del otro. No importa si es el gobierno de la oposición, el intercambio, las reuniones, la amistad cívica es un elemento fundamental en la práctica de la democracia.

-Y aquí lo que estamos haciendo, una vez más, es plantear estas cuestiones más de corte ético o, digamos, con visiones muy deterministas, donde cualquier interacción con la oposición es visto como una negociación espuria, como un contubernio, como algo sucio, como algo que está ocultando algún tipo de transacción, incluso a la sospecha de que haya acuerdos económicos o de poder detrás de eso.

-Y creo que eso también es parte de estos prejuicios que traban mucho la negociación. Una entiende que haya posturas éticas y están perfectas, pero aquí hace falta la combinación entre valores y principios, por un lado, y prácticas de pragmatismo y sentido común por el otro.

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