Cómo actúan los delincuentes en el "pasaje de la emboscada"

Juan Federico

Los vecinos ya estaban listos, agazapados, con el celular en la mano prendido en modo cámara. Sabían que esa noche, otra vez los ladrones iban a hacer de las suyas. El auto llegó a la esquina solicitada mediante la aplicación de Uber: el cruce con Monteaguado, a menos de 100 metros de la comisaría de barrio Müller, en la zona sudeste de la Capital cordobesa.

Se trata del pasaje Manuela de Espíndola, ubicado entre Solares y Obispo Castellano, a un paso de la Costanera.

La cercanía con la sede policial poco les importó a los delincuentes. Apenas el vehículo frenó, tres jóvenes se acercaron despacio. El del medio, rengueaba de manera exagerada. Los vecinos que filmaban a la distancia, ya comenzaban a darse cuenta sobre lo que iba a suceder. 

Mientras el "cliente" demoraba su llegada al Uber, de las sombras aparecieron tres muchachos más, armados. No dieron tiempo a nada. El que rengueaba, dejó de hacerlo. Todos se apuraron. Encañonaron al chofer, lo obligaron a bajar del vehículo, le revisaron los bolsillos y a punta de pistola le dijeron que corriera para salvar su vida.

Así de simple. 

Y no ser trató de una excepción.

Los vecinos cuentan que en sólo un puñado de semanas cuentan al menos cinco casos similares. Por eso, hablan del "pasaje de la emboscada". Delincuentes que llaman a taxis, remises o Uber, les indican ese pasaje y cuando el vehículo llega, simulan ser discapacitados, para caminar despacio hasta el auto. Cuando el chofer estaciona y se confía, aparecen los cómplices armados y lo asaltan.

Como varias de las víctimas son choferes de Uber, aplicación que en Córdoba no está habilitada, por temor a alguna sanción municipal evitan realizar la denuncia policial. Pero los casos continúan sucediendo allí, en ese pasaje y en la cuadra del lado, casi en las propias narices de la comisaría.

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