No da todo lo mismo

Fernando Genesir

 -Hace poco tiempo fue noticia nacional el accidente que sufrió un joven cordobés que se cayó de un acantilado en Tenerife, España. Lamentablemente, como consecuencia del impacto, quedó internado en coma con serias lesiones y fracturas de gravedad. Y al poco tiempo, después de casi dos meses, Rodrigo López finalmente falleció.

- Tenía veinticinco años. Frente a la repercusión del hecho rápidamente empezó una campaña solidaria para que sus familiares pudieran viajar a España para acompañarlo y luego, ante la muerte de Rodrigo, la idea fue utilizar también ese dinero para repatriar sus restos a la Argentina.

- Pero resulta que el Banco Central no permite girar dinero al exterior más allá de un límite diario o mensual, salvo algunas excepciones. La madre de Rodrigo, María Beso, explicó que por una norma del Banco Central no le autorizan a extraer más de doscientos dólares mensuales y como alternativa sólo le ofrecen pasar el dinero de la donación a su tarjeta de crédito para abonar de esa manera.

- Pero resulta que esa alternativa implicaría pagar con un interés y con impuestos. Según explicó, ese interés se genera porque debería abonar el impuesto a las ganancias a los bienes personales, a los ingresos brutos y el impuesto país. -Increíble, claro. Uno entiende. El Banco Central tiene circulares que establecen en qué caso se pueden girar dólares al exterior según lo que uno vaya a comprar y todo el resto está prohibido.

-Como el Banco Central no tiene tipificada esa operación, la de traer los restos de un ser humano dentro de un ataúd es considerada como una importación de bien de lujo y le aplican todos los impuestos.

-Entonces consideran que los padres del joven muerto están comprando un bien de lujo, como si se trata de un auto importado o un iPhone, cuando en realidad quieren traer los restos de su hijo a la Argentina.

-¿Algún funcionario podrá ponerse en el lugar de ese papá o de esa mamá? ¿Ninguna autoridad puede ocuparse de este tema, levantar un teléfono, decirle a los señores del Banco Central que liberen los dólares para que un papá y una mamá y una familia y unos amigos puedan traer los restos de un ser humano para que descanse en paz en nuestro país?.

- Los que pusieron plata tuvieron un gesto de amor y de solidaridad. Está claro que acá no hay especulación, ni cálculo, ni matemática que valga. Nadie está haciendo diferencia con el dólar. Es un grito desesperado de un papá, de una mamá, de una familia. Y también es un grito desesperado pidiendo sentido común.