Talleres no puede enojarse porque lo controlan pero debe ser con todos

Gabriel Rodríguez

La noticia de que el juzgado número 2 en lo Penal y Económico allanó las oficinas de la Asociación del Fútbol Argentino, en busca de información sobre ocho transferencias, volvió a sacudir al mundo Talleres.

Y aunque no se trate exclusivamente de Talleres, el solo hecho de que esté involucrado o nombrado el club de barrio Jardín, levanta todo tipo de conjeturas, puntualmente por el enfrenamiento de su presidente Andrés Fassi con la casa madre del fútbol nacional.

Concretamente la denuncia sobre supuestos lavado de activos incluye ventas de los clubes Ferro, Vélez, Argentinos Juniors y Talleres. La Justicia busca información, documentación y comprobantes de pagos de los ejercicios anuales de esos clubes desde 2022 a la fecha, con detalles de los balances impositivos, bancarios y societarios.

Asimismo, pone en conocimiento que investiga las transferencias en las que estén involucrados los clubes Juárez de México, Bologna de Italia y Benfica de Portugal.

Y a su vez, requiere a los agentes que representan a Michael Santos, Diego Valoyes, Tomás Molina, Franco Moyano, Santiago Castro, Gianluca Prestianni y Francisco Pizzini.

Santos, hoy en Vélez llegado desde Juárez, fue vendido por Talleres a ese club mexicano del que Fassi es Director Deportivo, en 2,2 millones de dólares por el 50% del pase.

Valoyes pasó de la “T” a Juárez en 8,5 millones de dólares por el 80%. El colombiano estuvo mucho tiempo parado por una lesión crónica y hace poco volvió a México.

Molina hoy forma parte de Argentinos Juniors pero hasta mitad de año tenía su pase en Talleres, que lo había incorporado desde Juárez, adquiriendo el 50% de su ficha. En barrio Jardín jugó apenas cuatro partidos y fue prestado a Central Córdoba.

No obstante, ante el interés de los albiazules por Moyano, volante central del “Bicho”, se produjo un enroque: Talleres “repescó” a Molina para negociar con Argentinos y quedarse con Moyano. Argentinos adquirió el 90% del delantero (50% de Talleres y 40% de Juárez) y los cordobeses se quedaron con el 50% del volante central.

Castro le dejó a Vélez casi 10 millones de dólares limpios en su venta a Bologna, quedándose el Fortín con el porcentaje de una futura venta.

A su vez, el club de Liniers transfirió a Prestianni a Benfica en 8 millones de euros por el 100%, más otros dos millones en bonos por objetivos.

Pizzini fue de Talleres a Vélez a cambio de 1,5 millones de dólares y el pase del juvenil Mateo Seoane. Y Talleres se lo había comprado a Defensa y Justicia en 400 mil dólares, más otros 200 mil más en objetivos.

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Todo tiene que ver con todo. Talleres está sujeto al control de la ley. Que la Justicia investigue a Talleres no es casualidad porque eso sucedió ante la denuncia de alguien.

Claramente, Fassi sabía que esto iba a pasar. ¿Puede tomarse como una contestación de las altas esferas del fútbol? Puede que sí.

Ojo por ojo, diente por diente. Talleres cuestionó el balance aprobado por AFA y ahora la Justicia allana la AFA buscando los balances de Talleres.

Y Talleres no puede enojarse porque lo controlan… es así… pero ese control debe ser con todos.

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