Ola de calor afecta a jugadores y espectadores en el Mundial de Clubes en EE.UU.

Suplentes observaban desde el vestuario, sesiones de entrenamiento se suspendieron y camisetas se empaparon de sudor. La ola de calor que afecta a gran parte de Estados Unidos impactó fuertemente a los jugadores que participan en el Mundial de Clubes de la FIFA.

Estas condiciones también podrían ser un anticipo del próximo verano, cuando Estados Unidos, Canadá y México serán sede del Mundial 2026, el evento más importante del fútbol.

“Es imposible, hace un calor terrible, me dolían los dedos de los pies y las uñas; no podía arrancar ni frenar”, declaró Marcos Llorente, jugador del Atlético de Madrid, tras enfrentar al París Saint-Germain. “Como todos están en la misma situación, no hay quejas”, agregó.

Una “cúpula de calor” de alta presión se estableció sobre el centro y este de EE.UU., elevando las temperaturas a más de 90 grados Fahrenheit (32 grados Celsius) en muchas regiones.

Esto representa un desafío tanto para deportistas como para aficionados, quienes pueden sufrir deshidratación, calambres e incluso agotamiento por calor o insolación.

“En Europa, el calor es seco; aquí es húmedo. Esto los afectará el doble”, comentó el aficionado Tyler Fernando, antes del partido entre el Bayern Munich y el Benfica, celebrado el martes en Charlotte, Carolina del Norte, donde la temperatura alcanzó los 97 grados Fahrenheit (36 grados Celsius) durante el encuentro.

Los problemas de calor se evidenciaron en el partido de Auckland City contra Boca Juniors en Nashville, con temperaturas superiores a 95 grados Fahrenheit (más de 35 grados Celsius). Varios espectadores optaron por quitarse las camisetas y buscar áreas sombreadas.

Las altas temperaturas son una preocupación importante en competiciones como el Mundial de Clubes, ya que los jugadores no tienen mucho tiempo para recuperarse entre partidos, y durante la fase de grupos, los encuentros suelen celebrarse casi a diario, lo que implica que algunos equipos juegan bajo el sol del mediodía.

El Chelsea debió acortar su sesión de entrenamiento en Filadelfia, donde las temperaturas superaron los 90 grados Fahrenheit (32 grados Celsius).

“Siempre intento ser honesto. Si hace calor, lo admito. Estamos aquí para hacer lo mejor que podamos”, comentó el entrenador del Chelsea, Enzo Maresca.

El Borussia Dortmund confirmó que sus suplentes observaron la primera mitad desde el vestuario, buscando evitar la exposición al sol durante el partido contra el Mamelodi Sundowns.

“Pensamos en cómo ayudar al equipo y minimizar la carga. Tuvimos barras de enfriamiento para refrescar a los jugadores, esperándolos en el vestuario con aire acondicionado”, explicó el entrenador del Dortmund, Niko Kovac.

Las directrices de la FIFA establecen pausas para enfriamiento cuando la Temperatura de Globo de Bulbo Húmedo (TGHB) alcanza los 89,6 grados. Estas pausas suelen realizarse alrededor de los minutos 30 y 75.

Las pausas de enfriamiento se implementaron por primera vez en la final olímpica de 2008, cuando la temperatura en el campo llegó a 107 grados (42 grados Celsius). Desde entonces, han ganado popularidad, especialmente tras el Mundial de 2014 en Brasil.

Las autoridades han instado a los asistentes del Mundial de Clubes a tener cuidado con el calor, y se han publicado pautas de mitigación en los sitios web de los clubes.

El clima extremo también ha llevado a retrasar cinco partidos del Mundial de Clubes por tormentas eléctricas. Con el aumento de las temperaturas globales, este será un desafío creciente para la FIFA al programar futuros eventos.

A medida que se avanza hacia la Copa Mundial 2030 en Marruecos, España y Portugal, así como la Copa Mundial Femenina 2027 en Brasil, la organización debe enfrentarse a problemas relacionados con el calor, y la falta de sombra en algunos estadios ha generado preocupaciones sobre la seguridad de los jugadores y aficionados.

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