El Abierto Británico, el torneo de golf más antiguo, siempre ofrece una experiencia nueva

PORTRUSH, Irlanda del Norte (AP) — Las multitudes que siguieron a Rory McIlroy durante tres días en Royal Portrush fueron enormes, un recordatorio de las expectativas. En las pancartas, banderas y adornos de las tribunas había imágenes del trofeo de la jarra de clarete de plata, un recordatorio de lo que estaba en juego en el Abierto Británico.

Pero se añadió esto a la lista de lo que hizo que el campeonato más antiguo del golf fuera tan distinto de los otros majors: cada año se sintió como una nueva experiencia.

Justin Thomas contempló eso el miércoles cuando terminó su tercer día jugando en el campo.

“Llegué a la conclusión en los últimos años de que jugar es mejor, porque tu bola va a lugares extraños”, dijo. “Puedo salir y practicar el chip todo el día, y acostumbrarme al césped y la velocidad de los greens. Pero cuanto más juegas, más golpes estás haciendo en lugares donde nunca lo harías en la práctica”.

Pero había otro elemento en este major que se destacó con respecto al Abierto de Estados Unidos y el Campeonato de la PGA. En medio de los nervios y la presión de un major estaba la verdadera alegría de jugar al golf en links.

Scottie Scheffler, el número uno del mundo que disputó su quinto Abierto Británico, expresó lo siguiente: “Siento que estoy aprendiendo más y más cada vez que vengo aquí. Cada campo de golf es diferente también. Los links irlandeses hasta ahora son bastante diferentes de los escoceses. Es un poco más verde aquí. Tienes que jugar más golpes en el aire... Hay muchos golpes diferentes que tienes que jugar”.

“Es un campo interesante”, añadió. “Y por lo que he visto, parece ser realmente divertido de jugar y muy justo”.

No obstante, justo es una palabra flexible en estas partes, con todos los baches y rebotes locos, con bunkers de olla que debieron evitarse en tantos golpes, con un hoyo como el par-tres 16 conocido como el “Calamity Corner” que hace honor a su nombre solo con su apariencia.

McIlroy no estaba seguro de haber tenido un trato justo en 2019 cuando su golpe de salida inicial se fue a la izquierda. Se desmoronó con un cuádruple bogey, un 79 y una semana corta. No regresó a los links de Portrush en su natal Irlanda del Norte hasta el lunes por la mañana.

“Tengo una verdadera apreciación de lo bien que está bunkereado desde el tee”, dijo McIlroy. “Es como, ‘OK, no puedo golpear un hierro dos desde el tee, pero eso trae este bunker al juego. Pero luego, si golpeo con el driver, traerá este otro bunker’. Así que tienes que asumir el golpe”.

McIlroy fue uno de los que se sintieron renovados cuando terminó la parte más intensa de la temporada del Tour de la PGA: cinco torneos de prestigio, el Players, tres majors, todo en un lapso de tres meses, y llegó al Reino Unido. El paisaje, la temperatura, el tipo de golf, todo se sintió tan nuevo, casi como si estuviera comenzando una nueva temporada.

Justin Thomas sintió lo mismo. Hay un zumbido en el aire pesado y costero del Atlántico Norte, sin importar cuán desafiante sea el reto y cuánto cambie el clima.

¿El pronóstico? Generalmente se refirió como “mixto”, lo que en estas partes tiende a significar que cambia sin aviso. El último día de práctica fue soleado y ventoso.

Thomas estaba jugando en el 16to hoyo mientras su padre mostraba un video de ellos viendo en la ronda final en 2019, con viento y lluvia tan fuertes que los paraguas fueron inútiles.

Thomas recordó estar en el tee del 17 y llamar a un juez de reglas para preguntar si debían estar jugando. Quería golpear con madera tres desde el tee, pero eran 209 yardas hasta el fairway y el viento era tan fuerte que no pensó que podría llegar. Así que fue con el driver, golpeó unas 75 yardas desviado e hizo un triple bogey.

En su último día de práctica, con sol y un viento favorable, golpeó un mini driver que se habría quedado cerca del green en el hoyo de 409 yardas pero se topó con un bunker.

Esto es lo que le gusta del golf en links. “No solo cambian los hoyos, cuán fáciles o difíciles son, tus líneas desde el tee pueden cambiar”, dijo. “Tienes elevación. Nunca estás escribiendo ‘cuesta arriba’ o ‘cuesta abajo’ en el libro de yardas como lo haces en un Open Championship. Tienes un plan de juego, pero realmente no puedes hasta que estás allí y lo que sea que el clima te esté dando”.

Thomas miró hacia atrás en el green del 18 antes de ir a firmar autógrafos para un grupo de niños.

“Si solo pudiera jugar un campo el resto de mi vida, sería un links”, dijo Thomas. “Porque podrías jugar el mismo campo todos los días durante un mes y ocurre algo diferente”.

“Amo el Open. Cada vez que lo he jugado, amo el torneo más y más”, dijo. “Realmente quiero tener la oportunidad de ganar el torneo y caminar por el hoyo 18. Parece que sería lo más genial del mundo”.

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