Joao Félix, un crack en deuda con el Atlético de Madrid

Raúl Monti

En el último tiempo, los amantes del deporte tuvieron que hacerse la idea de que están disfrutando los últimos años de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo dentro de un campo de juego. En paralelo, se embarcaron en un ambicioso desafío: encontrar a la próxima gran estrella del fútbol mundial.

Jóvenes promesas como Mbappé, Haaland, De Jong y Sancho, entre otros, ya se metieron entre los candidatos a ocupar el trono del fútbol en un futuro cercano, pero un portugués de 20 años espera su chance para sumarse a la lista: su nombre es Joao Félix. El “7” del Atlético de Madrid rompió el mercado a mediados de 2019 como el fichaje más caro en la historia del “Colchonero”, pero aún no pudo mostrar su mejor versión en España.

El equipo del “Cholo” Simeone pagó 127 millones de euros por el enganche cuando tenía 19 años y lo presentó con un video en el Museo del Prado, comparándolo con una obra de arte. La transferencia y el anuncio sorprendieron a los futboleros de todo Europa, que no conocían al supuesto crack que se sumaba a la liga española.

Lo que más le molestaba a Joao Félix en su niñez era que nunca lo eligieran para jugar en los picaditos del barrio o la escuela. Nacido en 1999 en la ciudad de Viseu, Portugal, había crecido con una pelota en los pies, pero sus compañeros no confiaban en él porque era muy chiquito en comparación al resto.

Sus papás le tenían un poco más de fe, y manejaban cientos de kilómetros todas las semanas para llevarlo desde su casa hasta las instalaciones del Porto, donde se formó como jugador. Cuando cumplió 13 años, la dinámica de viajes se hizo insostenible y le dieron dos opciones: o se quedaba a vivir en la pensión del club o no iba más.

Eligió quedarse, pero todo le salió al revés. Además de extrañar a su familia, no se sentía valorado por los técnicos de las inferiores. Cuando lo criticaban por su contextura, se sentía nuevamente como ese nene al que sus amigos no querían en su equipo. Perdió el entusiasmo por jugar a la pelota y estuvo a punto de largar todo.

Para recuperar las ganas tuvo que cambiar de aires. Se fue de Porto a Benfica, su máximo rival, y volvió a enamorarse del juego. Le dieron las oportunidades que tanto deseaba y respondió con goles y buen fútbol, lo que le valió el salto a primera en el 2018.

Su explosión llegó en la Europa League, donde hizo su primer triplete a nivel internacional y se convirtió en el jugador más joven en alcanzar ese logro en la historia de la competición. Con 19 años y 152 días, le quitó el récord a Eusebio, el legendario goleador portugués.

Terminó la temporada con 20 goles y 11 asistencias en 42 partidos, y se metió en la carpeta de gigantes como Barcelona, Real Madrid, Juventus, Manchester United y un largo etcétera. Tenía una cláusula de rescisión de 120 millones de euros que parecía inaccesible, pero el “Cholo” Simeone le pidió a la dirigencia que hiciera todo lo posible por comprarlo.

La propuesta de Atlético de Madrid lo convenció porque representaba un salto importante en su carrera y sentía que allí tendría chances de jugar. A los medios no les importó que fuera un enganche: como venía de Portugal y le dieron la camiseta número “7”, tuvo que cargar con la mochila de ser “el nuevo Cristiano Ronaldo”.

Todas las miradas estaban puestas en él, pero el crack por el que el club había hecho el gasto más importante de su historia no aparecía. El cambio del fútbol portugués al español afectó su juego y una seguidilla de lesiones lo marginó de las canchas.

Sin consolidarse como titular en el “Colchonero”, su último semestre en Benfica le alcanzó para cerrar el 2019 con el premio Golden Boy al mejor jugador joven de Europa y meterse entre los nominados al Balón de Oro. Como yapa, gritó campeón con la Selección mayor de Portugal en la primera edición de la Liga de Naciones.

Aún así, sus logros fuera de España no cambiaron el sentir de los hinchas madrileños, que están un poco decepcionados con el juego de su fichaje estrella. Joao llegó al club para ocupar el lugar vacante tras la salida de Griezmann, pero vio la mayoría de los partidos desde el banco de suplentes.

Con o sin el portugués, el equipo de Simeone realizó una buena campaña en todos los frentes y eliminó de la Champions al Liverpool, el último campeón. 

Aunque el enganche de 20 años tiene todo a su favor para revertir su suerte en el “Colchonero”, es sabido que los grandes equipos no se caracterizan por su paciencia. Joao Félix tendrá que reencontrarse con su juego para saldar su deuda con el Atlético de Madrid y reclamar su lugar entre los mejores futbolistas del mundo.