Al crimen del arquitecto lo planearon 20 horas antes

Juan Federico

Fue una larga sobremesa de una cena que había comenzado en el anochecer del lunes 27 de diciembre último y que recién terminó cerca de las 2 del martes 28. En ese momento, faltaban menos de 20 horas para que el crimen del arquitecto Reynaldo Flehr comenzara a concretarse.

En la última resolución antes del inicio de la feria judicial de invierno, el fiscal de Violencia Familiar Cristian Griffi dictó la prisión preventiva en contra de Irina Flehr (20), su pareja Leandro Moscarello (26), el hermano de este, Samuel Moscarello (24), David Silvestre (23) y David Suárez (24), a quienes les tiró el Código Penal por la cabeza, tal como se dice en los Tribunales penales cuando la imputación es por demás grave: homicidios calificado por el vínculo, codicia, alevosía y concurso premeditado.

En lenguaje no jurídico: el fiscal sostiene que Irina y su pareja Leandro Moscarello contrataron a Samuel Moscarello, Silvestre y Suárez para que ejecutaran al arquitecto Flehr. El objetivo: que la joven se quedara como única poseedora de todos sus bienes inmuebles, sobre los cuales ya existía una disputa legal entre padre e hija.

Una vez consumado el crimen, y luego de vender una de las propiedades, los asesinos iban a cobrar su recompensa.

De esta manera sostiene el fiscal Griffi una formulación de prisión preventiva que se puede leer como una acusación anticipada, tal como valoró el abogado querellante, Marcelo Touriño.

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El crimen se produjo el martes 28 de diciembre de 2021 a la noche en el chalet ubicado en la avenida La Voz del Interior, a pocos metros del aeropuerto de la ciudad de Córdoba. Apenas entró con su auto, el arquitecto fue atrapado por los sicarios. Lo sentaron en una silla en su habitación y lo ataron de pies y manos con precintos. Los asesinos pusieron el televisor de su habitación a todo volumen y lo ejecutaron de dos balazos calibre 22. 

Detenida desde los primeros días de febrero en la cárcel para mujeres ubicada en la localidad de Bouwer, ahora Irina Flehr se enfrenta al peor récord: ser la mujer más joven en recibir la pena máxima en la historia judicial de Córdoba.

“Los elementos de prueba enunciados hasta el momento permiten afirmar que los sospechosos Samuel Moscarello, David Silvestre y David Suarez se encontraban en el lugar del hecho en la fecha y horario en que Reynaldo Flehr resultó muerto, que obraron de manera mancomunada y con división de tareas en virtud de la información brindada por Leandro Moscarello e Irina Flehr, con el fin de perpetrar el hecho que culminaría con la muerte del nombrado Reynaldo Flehr”, se lee en un potente fallo en el que el fiscal Griffi deja trascender, por primera vez, de qué manera sostiene una acusación que no deja de impactar.

Un trabajo de orfebrería criminal que había comenzado la fiscal Claudia Palacios junto a un equipo especial de investigadores de la división Homicidios de la Policía.

“Conforme surge del análisis de las cámaras y el tráfico de comunicaciones de estos sujetos, Samuel Moscarello, Silvestre y Suarez del 28 de diciembre de 2021, desde 21.04, ya se encontraban deambulando en inmediaciones del domicilio de Reynaldo Flehr a bordo del automóvil Ford Ka, color negro, dominio AE602UK, esperando el momento oportuno para irrumpir en su domicilio, contando con la información brindada previamente por Leandro e Irina en relación a los movimientos y la llegada rutinaria de Reynaldo a su domicilio en el horario nocturno de las 21 aproximadamente”.

Al firmar las prisiones preventivas contra los cinco acusados, el fiscal desgrana los supuestos roles que habría cumplido cada uno en el asesinato, siempre de acuerdo a su hipótesis delictiva.

“Aproximadamente a las 21.04, Samuel Moscarello y David Silvestre habrían descendido del vehículo mientras que David Suarez quedaría circulando a bordo del auto en el sector próximo a la vivienda de la víctima presumiblemente con el objeto de dar aviso a sus cómplices de la llegada de este. Ello se deduce de la constante y permanente comunicación que denotan los movimientos de las líneas telefónicas utilizadas por los nombrados que dejan claro que obraron de manera coordinada en la empresa criminal”.

“En este sentido -continúa- conviene destacar que llamativamente Moscarello y Suarez mantuvieron una conversación de aproximadamente 6.041 segundos que culmina en horario cercano al arribo de la víctima a su vivienda. Se estima asimismo, que a las 21.21, Moscarello y Silvestre habrían ingresado al domicilio de la víctima por el sector trasero del mismo aprovechándose de que el cerramiento allí ubicado resultaba deficiente como obstáculo para la entrada, para luego posicionarse en la parte posterior del patio, quizás alertados por Leandro Moscarello o Irina Flehr de que el damnificado contaba con un sistema de alarmas con detección de movimientos. Cabe agregar que en el horario mencionado se ve a dos sujetos deambular en la casa, siendo que luego se verá salir a estas dos mismas personas, justamente luego de que a las 23.13, Samuel Moscarello llama a Suárez para que los retire del sector”.

“Por su parte, se ha acreditado además que Suárez estuvo alejado hasta ese momento (se presume en la casa de un familiar en barrio Márques de Sobremonte), hasta que fuera convocado por Moscarello para sacarlos de ese lugar. Esto se compadece con las imágenes captadas por las cámaras reseñadas en las que se ve el paso del automóvil Ford Ka, color negro, en ese mismo horario por la calle ubicada en la parte posterior de la casa de Flehr”.

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El análisis de las antenas telefónicas es fundamental en todo el desarrollo de la acusación. El fiscal apunta que el aparato telefónico de Samuel Moscarello posee impacto desde las 21.18 en la antena denominada “Hotel Quorum”, cercana al domicilio de la víctima, ya que se encontraba en permanente comunicación con la línea utilizada por David Suarez, "hasta el horario aproximado de las 22.58, momento en que se habría interrumpido la comunicación hasta que presuntamente luego de cometer el hecho delictivo, dicha línea volvió a realizar un llamado saliente hacia la línea de Suárez en el horario de las 23.13, impactando dicha llamada saliente de Samuel en la antena denominada 'Hotel Quorum'”.

O sea, la misma antena posiciona a ambos sospechosos en la zona donde está ubicada la escena del crimen.

Pese a que allí no habrían estado la hija del arquitecto, Irina, ni su pareja Leandro Moscarello, el fiscal los acusa como parte fundamental del entramado criminal: “La información brindada a los autores materiales de este hecho habría sido suministrada por Irina y Leandro en las diversas ocasiones que se reunieron en la casa de estos últimos; ello lo podemos inferir de las declaraciones como imputados de Samuel Moscarello y David Silvestre quienes señalan que Irina siempre se encontraba presente en las reuniones que tenían con Leandro, más concretamente en la última reunión en la que se habrían ultimado los detalles, el día 28 de diciembre, desde 01.41 a las 01.59”.

Para el fiscal, la pista económica termina por ser la llave que permite abrir la conjetura principal detrás de este asesinato.

“Entiendo que los conflictos de larga data entre la victima y su hija por cuestiones del reparto de la herencia de Verónica Berritella, madre de Irina y esposa de Reynaldo, fueron el móvil del hecho, el que se vio acrecentado, acelerado, por la circunstancia que Reynaldo había decidido casarse con su novia, Miriam Cima, habiéndose comprometido mediante la entrega respectiva de los anillos, circunstancia ésta que fue advertida por Irina, el 25 de diciembre de 2021 al momento que Reynaldo, en momentos que visitaba a su hija haciéndole entrega además de un regalo para su nieta, le contó de sus planes con Miriam, cuando Irina advirtió el anillo que llevaba puesto su padre.

El fiscal indica que la división de bienes ya venía siendo más que conflictiva. Irina se quedaba con el 50 por ciento y el resto se iban a dividir en partes iguales: 2.500.000 de dólares para cada uno en inmuebles. Pero esto no había calmado la disputa, ya que además tenían que pagar los gastos del proceso judicial, a lo que la joven se habría opuesto.

En ese punto, Griffi asegura que con la muerte de Reynaldo Flehr, “Leandro Moscarello, en su calidad de esposo de Irina, obtendría lo que quería, un galpón propio y un vehículo, entre otras cosas, para hacer su emprendimiento”.

“Con relación a los restantes imputados, Samuel Moscarello, David Silvestre y David Suárez los mismos fueron movidos por las promesas de recibir dinero producto de la venta de algún inmueble o de recibir algún bien de la abultada herencia de Irina, teniendo en cuenta la cantidad de bienes que conforman la misma”, se lee en la acusación.

Además de las huellas de las antenas telefónicas, las llamadas que mantuvieron los acusados entre sí esa noche y las cámaras de vigilancia relevadas, el fiscal tiene en cuenta una escucha telefónica en la que la novia de Samuel Moscarello habla con un conocido, días después del crimen, quien le resalta las sospechas sobre el joven: “Acá hay algo que me preocupa más, el gringo Samuel, me acabo de enterar que vendió unas armas, hace 15 días, ¿entendés?, No sé si sabías vos. Acá hay algo preocupante, son sospechosos porque acá buscan evadir pruebas, no te digo que son o no, a lo mejor, lamentablemente lo que yo estoy analizando, no quiero que te enojes conmigo ni nada…”.

“Esta comunicación da cuenta que días posteriores al hecho que se investiga, el imputado Samuel Moscarello, persona sospechada junto con David Silvestre de haber ingresado al domicilio de Reynaldo Flehr y darle muerte mediante dos disparos de arma de fuego, comercializó clandestinamente unas armas de fuego, es decir, sospechosamente se deshizo de armas de fuego días posteriores al hecho que se investiga, por lo que teniendo en cuenta ello y la totalidad de la prueba antes descripta, es posible inferir que Samuel Moscarello se habría descartado del arma utilizada para la comisión del hecho que se investiga con la finalidad de no ser relacionado con el mismo”, acusa el fiscal.

En la valoración de la prueba, Griffi también hace hincapié en la personalidad de Irina para asegurar que continúe detenida con prisión preventiva. “Ha quedado suficientemente acreditado que la imputada Irina Flehr tiene parentesco cercano con varios testigos de la causa, por lo que si conjugamos ello con la personalidad de la misma, ‘persona de carácter muy fuerte, fría, calculadora, codiciosa, descariñada con su progenitor, una persona determinada’ podemos inferir que existen vehementes indicios que encontrándose en libertad, tratará de contactarse con sus parientes testigos e infundirles temor con el objetivo que cambien sus declaraciones o se desdigan de las mismas con el objetivo de resultar favorecida procesalmente”.

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Es que en la causa abundan testimonios de sus familiares (abuela, tíos y otros allegados) que describen con detalles de todo tipo la conflictiva relación que tenía con su padre, cómo él se tuvo que mudar intempestivamente de la casa que habitaban de manera conjunta y toda una serie de sospechas en torno a antiguas actitudes de ellas: desde que le habría matado un perro hasta que le devolvió toda la ropa de él orinada.

Ahora, al declarar ante el fiscal, si bien no aceptó contestar preguntas, Irina habló largo, dijo que era proteccionista de los animales, negó cualquier tipo de maltrato, aseguró que son su padre la relación había mejorado y dijo que el resto de la familia la criticaba porque ellos son muy conservadores.