Uruguay y EE.UU., dos elecciones en el espejo roto de la Argentina

Sergio Suppo

Este domingo se lleva a cabo la primera vuelta de la elección presidencial en Uruguay. Uruguay tiene un sistema de balotaje que obliga a que el ganador tenga que obtener el 50% de los votos. Es muy probable que el favorito para ganar las elecciones, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, de centro izquierda, gane las elecciones pero no logre completar el 50% más uno de los votos. En consecuencia, podría haber una segunda vuelta en noviembre.

Las encuestas muestran que Orsi va adelante sobre Álvaro Delgado, el candidato del actual presidente del Partido Blanco, del Partido Nacional. Álvaro Delgado es el candidato de Luis Lacalle Pou. Las elecciones de Uruguay nos ponen frente a un espejo de un país que muchas veces hemos considerado desde la Argentina como un "paisito", un país más pequeño. Es cierto que tiene la población de Córdoba, pero hasta hace no mucho tiempo, los indicadores sociales eran bastante peores que en Argentina. Actualmente, Argentina tiene un 53% de pobres, mientras que Uruguay, un país que hasta hace poco no contaba con una industria sólida y vivía del campo, presenta un 10% de pobreza.

Uruguay ha crecido consistentemente con gobiernos de centro-derecha, como el actual de Lacalle Pou, y también con gobiernos de centro-izquierda, como los de José Mujica o Tabaré Vázquez. Ahora parece que la izquierda va a volver a gobernar Uruguay. Sin embargo, no se anticipa un cambio drástico en la política económica y social. Uruguay continuará creciendo y manteniendo una gestión responsable. Es importante mencionar que, en su parte oscura, Uruguay también se presenta como un paraíso fiscal, donde se lava dinero negro que proviene de argentinos y brasileños.

Uruguay, un país que era mucho más pobre que Argentina, ha evolucionado. Exportaba uruguayos al mundo y contaba con muchos exiliados, aunque sigue teniendo un número considerable. Hoy en día, muchos jóvenes uruguayos ya no buscan su futuro fuera del país, lo que refleja una mejora en la calidad de vida. Esta elección en Uruguay se convierte en un espejo que nos invita a reflexionar.

La otra elección que genera una enorme expectativa no solo para Argentina, sino para todo el mundo, es la de Estados Unidos, que se llevará a cabo el martes 5 de noviembre. Esta elección es considerada la más importante del mundo. Aquí también nos miramos al espejo, ya que el presidente Javier Milei desea, e incluso podría decirse que necesita, que gane Donald Trump. Milei ha depositado sus mayores expectativas en Trump respecto a la financiación de préstamos y facilidades con organismos internacionales de crédito, especialmente para salir del famoso cepo.

La última encuesta publicada por el New York Times muestra un empate en 48% entre Donald Trump, quien fue derrotado en su intento de reelección hace cuatro años, y la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien también compite con muchas posibilidades. Los pronósticos indican que Trump tiene una ligera ventaja, lo que genera expectativas en Milei sobre tener un presidente en la Casa Blanca con afinidad ideológica. Sin embargo, esto no necesariamente se traduce en la esperanza de Milei de que Trump facilite las cosas frente al FMI.

Estas dos elecciones son importantes, aunque de tamaños muy diferentes, pero ofrecen una perspectiva sobre cómo observamos la situación. Uruguay, un país vecino que ha crecido haciendo las cosas bien, y Estados Unidos, un país al que inevitablemente debemos mirar, en medio de las necesidades y urgencias que cada año, cada momento y cada presidente de Argentina enfrenta.