El debate presidencial en EE.UU., primer paso decisivo en la carrera electoral

Sergio Suppo

Esta noche, el debate presidencial de Estados Unidos promete ser el evento que marque el inicio de la campaña electoral, y se espera un rating extraordinario, especialmente de la cadena ABC, que transmitirá el evento.

Este debate tiene características inéditas. La primera y más importante es que esta campaña electoral ha tenido dos candidatos presidenciales del oficialismo. Primero Joe Biden que desertó después de caer en el debate contra Donald Trump, un debate que se hizo hace dos meses como ya hemos contado, y la improvisación a la que se vio obligado el Partido Demócrata a elegir a la vicepresidenta Kamala Harris como candidata sin haber participado de las primarias norteamericanas que duran prácticamente un año.

En segundo lugar, también es en mucho tiempo, diría un siglo, la primera vez que un expresidente vuelve a intentar ser presidente sin haber sido derrotado en su intento de reelección. Es lo que ocurre con Donald Trump.

La presión recae sobre Kamala Harris, quien, según las encuestas, es desconocida para el 28% de los potenciales votantes, mientras que solo el 9% afirma no conocer lo suficiente a Trump. La vicepresidenta necesita despejar esas incógnitas esta noche, ya que Trump cuenta con un electorado consolidado que lo podría llevar de regreso a la Casa Blanca si las elecciones fueran hoy.

El desafío para Harris no es solo informativo, sino también dialéctico. Trump tiene un estilo confrontativo que, aunque le ha resultado adverso en ocasiones, lo llevó a la presidencia hace ocho años. En su último debate contra Biden, este se mostró deslucido, lo que permitió a Trump capitalizar esa debilidad. Esta noche, Harris intentará provocar a Trump, esperando mostrar su lado más agresivo y virulento, un reto considerable dado el historial de ataques que Trump ha dirigido hacia ella en las últimas semanas.

Las reglas del debate, que favorecen a Trump al permitir que el micrófono de su oponente esté cerrado mientras él habla, podrían complicar la estrategia de Harris. El evento será conducido por dos destacados periodistas de ABC, Linsey Davis y David Muir, quienes plantearán preguntas sobre temas cruciales como la economía, el aborto y la política inmigratoria. Trump se enfocará en criticar la gestión económica de Biden, mientras que Harris buscará claridad sobre las posiciones de Trump respecto al aborto, un tema sensible y relevante en la actualidad.

Este debate, que durará 90 minutos, es el único programado hasta el momento, lo que añade más presión a ambos candidatos. La elección de Filadelfia como sede no es casual; es una ciudad histórica y clave en Pensilvania, uno de los siete estados indecisos que podrían decidir el resultado de las elecciones del 5 de noviembre. Estos estados, que incluyen Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada, son el foco de una intensa campaña por parte de ambos candidatos, quienes buscan conectar con los votantes en cada condado.

¿Será este debate decisivo? Para Kamala Harris, sin duda, es un momento crucial; para Trump, incluso una actuación mediocre podría no cerrarle las puertas a futuras oportunidades. Sin embargo, la balanza se inclina hacia la vicepresidenta, quien necesita demostrar su valía y hacerse conocida ante un electorado que aún tiene dudas sobre su candidatura. La noche promete ser histórica y llena de sorpresas.