Una multinacional se derrumba en Wall Street y culpó a la economía argentina

La multinacional estadounidense Fiserv, una de las compañías líderes mundiales en servicios de pago y tecnología financiera, sufrió este miércoles una de las mayores caídas bursátiles de su historia: sus acciones se hundieron 43% en Wall Street, borrando cerca de US$ 29.000 millones de su valor de mercado en un solo día. Este jueves, la caída continuaba con otro retroceso del 5%.

El motivo detrás del derrumbe sorprendió al mercado: la empresa señaló a la economía argentina como uno de los principales factores de su deterioro financiero.

En la presentación de resultados del tercer trimestre, el CEO de Fiserv, Mike Lyons, reconoció ante inversores que la compañía “no está donde queremos que esté ni donde nuestros accionistas esperan”. En su exposición, explicó que el desempeño en Argentina, uno de sus mercados clave, se desplomó por el impacto del fin del cepo cambiario y la fuerte depreciación del peso tras las medidas económicas implementadas por el gobierno de Javier Milei.

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“El deterioro del entorno económico en Argentina en 2025 contribuyó a la desaceleración del crecimiento y a la decepción en los márgenes”, sostuvo Lyons.

Según la compañía, el negocio argentino había sido un motor de expansión en 2023 y 2024, con crecimientos orgánicos del 257% y 329%, respectivamente. Ese impulso se dio en un contexto de altas tasas de interés e inflación, que beneficiaron a las operaciones financieras de Fiserv en el país. Sin embargo, al normalizarse las variables macroeconómicas, esos márgenes extraordinarios desaparecieron.

El Financial Times destacó que Fiserv “se benefició ampliamente de la inflación y las tasas altas en Argentina, condiciones que bajo el presidente Milei han sido contenidas”. El ajuste de esas variables, sumado a la caída del consumo interno y la volatilidad cambiaria, habría recortado en más de la mitad las expectativas de expansión para 2025.

Originalmente, la compañía proyectaba un crecimiento del 10% en sus ingresos, pero ahora estima entre 3,5% y 4%, reflejando lo que su CEO calificó como “la nueva normalidad” de su negocio global sin el impulso argentino.

“La estimación original asumía que nuestros negocios fuera de Argentina crecerían por encima de su rango histórico, algo que no se concretó”, explicó Lyons.

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Actualmente, el negocio argentino aporta dos puntos porcentuales al crecimiento orgánico total de la empresa, que ronda apenas el 5% global. No obstante, Lyons subrayó que los márgenes operativos del país “siguen siendo el doble de los promedios generales de Fiserv”.

Ante el desplome, el ejecutivo presentó el plan “One Fiserv”, con el que busca reordenar las operaciones, impulsar la innovación tecnológica y recuperar la confianza del mercado. Pero los analistas consideran que la caída refleja una pérdida estructural de rentabilidad y una sobreexposición a economías emergentes volátiles, entre ellas la argentina.

Fiserv, que procesa millones de transacciones diarias en Estados Unidos y otros países, era hasta hace poco un referente de estabilidad y crecimiento sostenido en el sector fintech. El derrumbe de esta semana no solo representa su peor jornada bursátil histórica, sino también un llamado de atención sobre cómo las turbulencias macroeconómicas locales pueden repercutir en gigantes globales.

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