Las cábalas, ¿método infalible?

Gabriel Rodríguez

Que Boca haya decidido jugar el superclásico de esta tarde con la camiseta amarilla disparó todo tipo de conjeturas e historias de cábalas, chamanes, brujos, tarotistas que en el fútbol son más habituales de lo que se cree.

Y en vez de que el mundo futbolero hable precisamente de fútbol, el marketing, los dirigentes de Boca, la firma que viste al equipo y los periodistas desviaron la atención quedándose con lo accesorio y no con lo importante. Es que casi ni se habló de otros partidos, en la fecha de los clásicos y sólo se mencionó en gran medida el color de la camiseta de Boca.

Muchos clubes tienen asesoramiento energético o un “asesor” espiritual y el caso del “brujo” Manuel con Estudiantes, Independiente y la Selección fue el de mayor repercusión en el último tiempo, como que todo eso fuera más importante que el entrenamiento, el esfuerzo, la táctica y el juego.

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Manuel era un sanador, ayudaba a la gente, le daba esperanzas y fue en el Pincha donde se hizo conocido en el ambiente al realizar “limpiezas energéticas” en camarines, campo de juego o un arco “engualichado”. Luego lo convocó el Rojo, alcanzando el pico de su fama con el título de la Copa Sudamericana de la mano de Ariel Holan. Y se coronó con un viaje a Quito para acompañar a la selección de Sampaoli, que se jugaba el pase al Mundial de Rusia, en la noche donde Messi metió tres goles y en el festejo de uno de sus tantos, se lo ve a Manuel en el fondo de la escena.

En el fútbol es algo muy común, tanto que existen equipos enteros que se encomiendan o evitan algo con tal de tener un resultado positivo o que al menos no altere el destino, que para otros ya está trazado. Es normal, son cábalas. Las creencias que se imponen desde entrenadores o bien, los mismos jugadores con unas propias implorando a alguna divinidad o ancestro para energía o fuerza.

La camiseta color roja que utilizó Belgrano durante 9 partidos la temporada pasada, sirvió de cábala. De repente el Rojo de Alberdi ganó 5 partidos, empató 3 y perdió sólo uno y así lo confirmaba su capitán Pablo Vegetti.

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Según la creencia, ciertos colores garantizan la atracción de energías positivas para los doce meses del año. Vegetti habla del rojo contra la envidia pero en la camiseta. ¿Y en la ropa interior de ese color? El Tano Gustavo Spallina tiene una particular visión y con alguna sorpresa.

A Cristian Pino no le vengan con que utilizar la misma prenda todo un año, no significaba que no pasara por el lavarropas.

Ahora bien. ¿Qué es la cábala? El nombre viene del hebreo antiguo y significa recibir. Es un estudio de toda la tradición mística de los judíos, busca la verdad en lo oculto, un ritual que se hace con la intención de recibir.

En 1997, dos años después de asumir la presidencia de un Boca que veía cómo River se alzaba con todos los títulos, Mauricio Macri le propuso a Angeles Ezcurra, una armonizadora, “limpiar” la Bombonera. Según la especialista había “malas energías” en un arco de la cancha y proponía “limpiar”. En una entrevista Ezcurra explicó: “Fue un duro trabajo de 13 horas. Cuando encontré la esquina del arco donde estaba pesada, me confirmaron que ahí no entraban los goles. Y creo se acomodó”. Tanto se acomodó que luego con Macri a la cabeza, Boca ganó de todo.

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Hay historias de arcos embrujados y Córdoba no es la excepción. En la cancha de Instituto durante décadas se habló de mala suerte en el arco ubicado delante del gimnasio Angel Sandrín, por un supuesto embrujo que provocaba mareos en los arqueros que iban a defenderlo. Cuenta la leyenda que a inicios de 1988, unos hinchas de Talleres, alguna noche de otoño, de luna tapada por intrépidas nubes, ingresaron al Monumental y en un oscuro acto enterraron un sapo muerto con la panza hacia arriba, lo que ocasionarían desgracias como la que tuvo Claudio Zacarías jugando para San Lorenzo en mayo de ese año. Ramón Benito Alvarez ocupaba el arco de la Gloria en aquellos momentos y recuerda primero su cábala: buzo de color verde y hasta de la maldición en el arco.. ¿Existía o no ¿Palito?

Dicen que ese hechizo concluyó cuando dispersaron en el terreno de juego, las cenizas de un legendario hincha fallecido que soñaba con ver a Instituto en Primera. Y en 1999, en cancha de River, ese deseo se cumplió.

El “Panadero” Díaz fue gran protagonista de las historias de color más resonantes del Boca multicampeón que tenía al Coco Basile a la cabeza. La cábala del talco: Díaz llenaba su bolsillo izquierdo del pantalón con talco y miraba todo el partido con su mano todo el tiempo allí. Solamente la sacaba para darle un poco a Basile y mancharle la espalda con ese polvo.

Uno que conoció al Basile que recién empezaba da fe de lo cabulero que era allá por 1980 como técnico del Racing de Nueva Italia subcampeón del Nacional. Pascual Noriega cuenta sobre eso y las suyas propias.

Mostaza Merlo era otro. Sus famosos cuernitos los patentó como técnico del Racing Club campeón 2001, momento en los que también iba “paso por paso”. Ah!, odiaba las flores amarillas y cuando los hinchas rivales se dieron cuenta, le armaban una florería en el banco de suplentes.

De Juan Carlos Olave, el futbolista de más presencias con la casaca de Belgrano se recuerdan dos cosas: el buzo que combinaba gris con blanco no se lo sacaba nunca y el rezo antes de comenzar los partidos. ¿Qué significaba eso?

En Talleres, Rubén Darío Insúa estrenó una camisa mangas largas de color marrón el día que Borghello silenció a los hinchas de Belgrano en el viejo Chateau Carreras. Pero sólo le funcionó en el clásico al tío del “Pocho” Insúa. El color de esa camisa de Insúa, fue el saco en un semestre de 1995 del Bambino Veira, campeón con San Lorenzo en cancha de Central.

El Ruso Zielinski no vende humo, ni siquiera se inmuta, no grita los goles, tampoco se enoja. Utiliza normalmente camisa, pantalón y zapatos negros. El “Bicho” Flotta fue su ladero por años y recuerda la cábala de Yacanto. Flotta también fue ayudante de campo de Rivardo La Volpe en el Mundial de Alemania 2006 y el “Bigotón” tampoco le escapaba a cuestiones esotéricas, ni él ni su señora. Y el mismo Flotta cumplía la suya de una manera particular, como cuidando el medio ambiente.

América Latina es una tierra de cábalas, creemos en la mística y en que se puede apoyar al equipo de mil maneras. Pero entre todos, nadie le gana a los argentinos. Hace unos años, una encuesta demostró que en Argentina, los hinchas creen más en las cábalas. El 35% de los encuestados ven los partidos del Mundial en el mismo lugar, con la misma ropa y con la misma gente. Cuatro de cada diez, utilizan la bandera a la hora del partido. Y el 50% hace algún tipo de promesa para ver a su país campeón. 

Pero el técnico más cabulero fue Carlos Bilardo, aunque él siempre dijo que eran costumbres, no cábalas. Como sea, contrató a un brujo en Estudiantes y era tanta la importancia que ese brujo estuvo en la repartición de premios cuando el Pincha fue campeón. Les prohibía a sus seleccionados comer pollo en los días de mundial. Previo al partido ante Brasil de Italia ’90, hizo que los 23 jugadores besaran a una novia, porque eso es de buena suerte. 

Pero su favorita era ver pasar el tren junto a siete compañeros de equipo. Ahhh, de su Estudiantes en los ’80 salió “Quiricocho”, expresión que se utiliza para darle mala suerte al adversario, inmuniza contra la desgracia propia y provoca el infortunio ajeno. Aunque Quiricocho se llamaba Juan Carlos, fue una persona que Bilardo llevó al Pincha como amuleto y funcionaba como mufa para el resto. 

Durante México ’86, le pedía pasta de dientes al Tata Brown, así no la necesitara; llamaba a su esposa a las 5 de la tarde en punto. Eso hacía el Doctor porque “no sea cosa que la pelota pegue en el palo y se vaya afuera”.

A Goycochea no le daba el tiempo para ir al vestuario a hacer sus necesidades antes de la tanda de penales ante Yugoslavia en Italia ’90. Y Bilardo justo vio que orinó en el arco… Y lo obligó a hacerlo ante Italia y en la final contra Alemania.

Apenas llegó a Gimnasia, Maradona gestionó ante la Superliga el retiro de los números “13” y “17” del equipo, además de pedir a los utileros no darle nunca más un buzo de color verde a Alexis Martín Arias primero y “Fatura” Broun después, los arqueros.

Y hay más, muchas más. No sólo es propiedad del chamán que aconsejó a Boca utilizar la camiseta amarilla. Las cábalas han ido de la mano en el fútbol, desde que el fútbol se juega como tal. Y aunque no podemos asegurar nada, es evidente que son un empujón anímico en momentos duros. ¿Qué sería del fútbol sin las cábalas?