Cuestionan la publicidad del juego online en el deporte: "Promocionan una droga"

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La adicción al juego online se convirtió en una epidemia silenciosa que atraviesa la sociedad y afecta severamente a niños, adolescentes y adultos. Recientes informes de la Lotería de Santa Fe encendieron una alarma al detectar a 40 mil menores apostando en plataformas clandestinas en solo tres meses, un fenómeno que se extiende por todo el país. Esta cifra pone en foco la regulación del juego online. 

Sin embargo, el vocero del Arzobispado de Córdoba, Munir Bracco, dijo en Cadena 3 que el debate debe ir más allá de la legalidad: "El verdadero problema es la adicción y la forma en que se promueve en la esfera pública y deportiva", señaló.

En el marco de la discusión de una ley clave en el Senado, el sacerdote expuso la urgente necesidad de abordar esta problemática social.

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— ¿Conocés casos de familias que la están pasando mal por las apuestas online? ¿Existe alguna diferencia entre el juego legal e ilegal?

Sí, los curas, docentes, psicólogos y médicos, conocemos muchísimas familias y jóvenes sumergidos en las apuestas. Lamentablemente, nos ha tocado acompañar a familias que han perdido hijos que se han quitado la vida por este tema. El verdadero problema no es que 40.000 menores hayan apostado en sitios ilegales; el problema es que 40.000 hayan apostado. Minimizar la tragedia diciendo que el problema es solo lo ilegal es peligroso. La adicción es el problema; legal o ilegal, la apuesta destruye igual.

— Ante el argumento de que la prohibición de las apuestas legales dejaría a los clubes de fútbol sin financiamiento, ¿cuál es tu postura sobre este conflicto de intereses?

El problema central es que se están financiando con la publicidad de la incentivación a una adicción. La sociedad debe reflexionar sobre la publicidad en el deporte. Hoy, en las camisetas de fútbol, la publicidad del sitio de apuestas es a veces más visible que el nombre del jugador o el número. Esta promoción es una incentivación directa a una conducta destructiva y adictiva, tal como si en las remeras se leyera "consumí drogas". Además, el adolescente no distingue entre un sitio legal y uno ilegal; el impacto emocional de la publicidad es el mismo. La ludopatía es una adicción sin sustancia, y promoverla es instigar a una conducta que atenta contra la salud.

— La ludopatía es una adicción "invisible", a diferencia del consumo de sustancias. ¿Cómo podemos alertar a las familias sobre los síntomas?

Es cierto que es invisible al comienzo, pero si los padres y abuelos están atentos, se puede detectar. Muchos chicos se encierran a apostar en el baño, o no duermen por pasarse la noche con el teléfono. Sitios legales ofrecen publicidad de "24 horas del día", lo que no es publicidad, sino acoso e instigación, alevosía. Tenemos que tomar conciencia del drama. Es crucial que la ley que regula los sitios de apuesta, aprobada en Diputados, se trate en el Senado, porque si no pierde estado parlamentario y mientras tanto, los chicos caen en depresión y angustia. Hemos conocido casos de adolescentes que han perdido millones en apuestas.

— ¿Cómo hacemos para luchar contra un sistema tan grande, apoyado por influencers y figuras populares?

Lo primero es hablar de esto. La premisa de "jugá responsablemente" es tan absurda como hablar de "drogas responsables". Cuando un adolescente ve a un campeón del mundo como el Dibu Martínez incentivando las apuestas, el impacto es muy difícil de manejar. Sin embargo, hay referentes que dicen "no" a la promoción de apuestas, a pesar de las millonadas que ofrecen, porque aseguran que no podrían dormir tranquilos sabiendo que provocan que otra persona caiga en esto. Clubes como Vélez Sarsfield y la Federación Argentina de Rugby también han rechazado la publicidad de apuestas. La promoción va contra todos los valores del deporte: le dice al joven "no es el esfuerzo, es la suerte; no es la constancia, es la timba".

— La preocupación de las empresas de juego legal parece centrarse en la pérdida de mercado ante el juego ilegal y no en la adicción de los niños. ¿Qué debemos priorizar como sociedad?

La pregunta es clara: ¿qué les preocupa, que pierdan mercado o que se incentiven las apuestas? El problema es la adicción. Es el niño que empieza con poco y termina con mucho, la familia que pierde la casa, el abuelo vulnerable que es seducido con publicidad que le promete pagar las cuentas. El problema es la pérdida económica para el que tiene y para el que no tiene, y el que se quita la vida por esta adicción. 

El Papa Francisco dijo que "nuestros gobiernos no pueden ser cómplices de la instigación a la ludopatía". Es hora de que los legisladores entiendan que la ludopatía es una adicción, sin importar en qué plataforma se juegue.

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Entrevista de Miguel Clariá y "Siempre Juntos".

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