Una megabanda con policías involucrados. De esta manera los investigadores definieron qué hay detrás del megaoperativo que la división Sustracción de Automotores ejecutó en las primeras horas de este miércoles.
Una pesquisa que se venía desarrollando bajo un estricto hermetismo desde hacía varias semanas y que se aceleró tras el violento golpe comando ejecutado hace unos días en la localidad de Elena. Una sospecha tremenda: policías y ladrones juntos, robando vehículos y luego simulando operativos para "recuperar" estos rodados sustraídos y volver a venderlos de manera ilegal.
Un caso de altísimo impacto que jaquea a la Policía el mismo día en que entran en funciones el flamante ministro de Gobierno y Seguridad, Julián López y el secretario de Seguridad Claudio Stampalija. Un debut que ya es todo un baño de realidad.
El fiscal Rubén Caro, quien tiene una competencia especial para investigar a las grandes bandas dedicadas al robo de vehículos en Córdoba, ordenó que durante esta madrugada se ejecutaran 37 órdenes de allanamiento en la Capital, San Agustín y Anisacate. En total, se firmaron 13 capturas, de las cuales ya se efectivizaron ocho.
“Fueron 13 las órdenes de detención emitidas. Se efectivizaron 8 y hay otros dos detenidos en jurisdicción de Rio Cuarto y Rio Tercero que estamos evaluando si tienen relación con la banda”, dijo a Cadena 3 Caro, al mando de la investigación.
Entre los detenidos, según indicaron las fuentes consultadas por Cadena 3, figura Jorge Peñaloza, sindicado como el supuesto cabecilla de esta organización. El hombre había viajado a San Luis y fue sorprendido justo cuando regresó a Córdoba de casualidad. Su primo hermano también fue detenido: se trata del policía en actividad Damián Peñaloza, quien trabaja en una unidad judicial y está abocado a diferentes investigaciones.
De acuerdo al prolijo organigrama elaborado por los detectives de Investigaciones Criminales de la Policía, esta megabanda operaba en "células".
La principal sospecha es que se dedicaban a robar autos y motos en la ciudad de Córdoba, vehículos que luego vendían o trasladaban a San Luis y Santiago del Estero.
"En algunos casos, se los vendían a delincuentes y luego, aprovechando que tenían acceso a los uniformes policiales, simulaban operativos de control y ahí les 'secuestraban' estos mismos rodados a los otros ladrones, para luego volver a venderlos", describió un investigador. O sea, se engañaban entre delincuentes.
No es menor el dato que se baraja en este punto: la utilización de móviles oficiales en estos controles "truchos".
Al mismo tiempo, en la causa se sostiene que una parte de la banda también cometía suculentos robos, también simulando falsos allanamientos. En el organigrama de la causa se sostiene que la banda que copó el pueblo de Elena hace ocho días era una "célula" que respondía a esta megaorganización.
El martes de la semana pasada, cinco delincuentes llegaron en un Toyota Corolla hasta un local de venta de ropas de esa localidad. Tres de ellos, con chalecos policiales y otros pertrechos oficiales, ingresaron en el comercio y dijeron que iban a allanar. A punta de pistola, redujeron al propietario y comenzaron a exigirle una importante suma de dinero. Fue entonces que llegaron dos policías de la comisaría local, que de manera increíble terminaron reducidos por los poliladrones. Estos se llevaron a uno de los efectivos como rehén e incluso se robaron el móvil.
Ya en Tancacha, uno de los poliladrones, Néstor Julio Rafael Villalba (40), se tiroteó con dos comisarios, hasta que cayó malherido de ocho balazos. Villalba había sido policía hasta 2019, cuando fue cesanteado de la fuerza. Murió ayer en el Hospital Córdoba. Otros dos cómplices fueron detenidos. Uno de ellos, es un exguardiacárcel. Y un par más, logró huir.
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El caso aceleró la investigación que hasta entonces el fiscal Caro llevaba adelante con un exclusivo grupo de policías, seleccionados de manera especial para evitar filtraciones. "Fueron policías que investigaron a sus colegas. Y no les tembló el pulso", valoró uno de los informantes.
La investigación se bautizó "Helena de Troya": la referencia de la mitología griega con el pueblo y por el hecho de que había poliladrones adentro de la fuerza.
En total, en los operativos de esta madrugada participaron 180 efectivos. La mayoría de ellos se enteró recién sobre el comienzo de los allanamientos sobre cuáles eran los objetivos.
Además de las detenciones, en los operativos se secuestró una importante cantidad de armas de fuego, además de pertrechos policiales, según trascendió. "Son las mismas armas que utiliza la Policía", subrayó uno de los informantes.
Los investigadores destacaron que se trata de una banda "profesional", con un aceitado conocimiento de cómo opera la Policía. Por ejemplo, se destacó que los ladrones no llevaban sus teléfonos celulares cuando iban a cometer los robos, con el objetivo de evitar ser detectados por los entrecruzamientos a través de las antenas.
Se trata de la octava banda dedicada al robo de vehículos en gran escala que termina por ser desmantelada por la fiscalía de Caro. "Contamos con la participación del Departamento de Investigaciones Criminales, Sustracción de Automotores, destacando la participación del comisario general Alejandro Mercado y del comisario mayor Carlos Palaver, entre otros. También valoro al personal de la Unidad Judicial de Sustracción de Automotores y de la fiscalía. Mi agradecimiento a Dios y felicitaciones al equipo conformado por personal policial y judicial", resaltó el fiscal tras conocerse los resultados positivos de los operativos de hoy.
Informe de Juan Pablo Viola.
