Los 78 años de un actor genial que no le teme al ridículo

Levantó un Oscar por “Toro Salvaje”, otro por “El Padrino”, supo regalarle esa mirada temible que sólo presagiaba tragedias a Travis Bickle, el veterano que fatigaba las calles de Nueva York en “Taxi Driver”, cumple 78 años en plena actividad y soporta a pie firme y sin inmutarse las críticas de los que lo acusan de aceptar guiones sin leerlos, a cambio de millones de dólares.

A Robert de Niro, el cumple lo encuentra en plena disputa judicial con su última ex esposa, Grace Hightower con la que se casó dos veces, pero parece que este segundo divorcio va en serio y viene con enojo de ambas partes. El, hasta donde se sabe, alega que las pretensiones económicas de ella lo han colocado al borde de la ruina. Nadie le cree demasiado, sobre todo porque es una máquina de facturar.

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Justamente lo que algunos fanáticos le critican es su participación en películas que, supuestamente, no están a su altura. En las plataformas de streaming están dos de sus últimas producciones: “En guerra con mi abuelo” y “Mi abuelo es un peligro”.

En la primera desaloja a un adolescente de su cuarto, motivo por el que entablan una disputa bastante desangelada y sin mucha gracia. En la anterior, le arrebataba las novias a un nieto joven. Nadie se anima a preguntarle qué variación sufrieron sus cuentas bancarias pero es muy probable que hayan sido reabastecidas como para que pueda afrontar este último divorcio y, eventualmente, una nueva boda.

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Ha tenido una vida salpicada de romances tempestuosos con otras celebridades. Se habla de Bette Midler, Uma Thurman, Whitney Houston, Naomi Campbell y Liza Minnelli, entre otras, además de las tres con las que pasó por el registro civil: la cantante Diahnne Abbot, la modelo Toukie Smith y la ya mencionada Grace Hightower, la de la separación complicada.

Semejante vida amorosa no le ha quitado tiempo para actuar. Además de las participaciones que los críticos le objetan, también ha protagonizado aceptables comedias y en algunas hasta se ha dado el lujo de parodiar a los filmes que lo transformaron en una leyenda.

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En “Analízame” interpreta a un mafioso que acude al psiquiatra tras sufrir ataques de pánico y en “Los Fockers: la familia de mi esposo” se rio de su costado peleador y, de paso, colaboró para hacer un éxito de taquilla extraordinario. En la última de las comedias insulsas -”En guerra con mi abuelo”- el nieto le deja una serpiente en la cama, parodiando la icónica imagen de la cabeza de caballo de “El Padrino”.

En 2015 le sentó de maravillas el guión que Nancy Meyers escribió para “Pasante de modas” en la que interpretaba a Ben Whittaker, un viudo de 70 años que logra revolucionar el mundo de la moda cuando accede a trabajar como pasante, a raíz de un programa que propiciaba el retorno de los jubilados al mundo laboral.

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Antes de las comedias livianas y de las mejor pensadas, el hombre que está festejando 78 años de vida entabló una sociedad muy productiva con Martin Scorsese, a partir de “Calles salvajes” en 1973 que narra la historia de Charlie (Harvey Keitel) un mafioso que intenta ganarse un lugar de privilegio en el negocio familiar. Su amistad con el impetuoso Johnny Boy (De Niro) pondrá en peligro sus planes cuando deba enfrentarse a toda la comunidad.

El tandem De Niro -Scorsese ocupa un lugar importante en la historia del cine . Juntos hicieron “Taxi Driver” en 1976 y “Toro salvaje”, en 1980, en la que interpretó a Jake LaMotta, un papel por el que Robert luchó a brazo partido y que acabó sacándole el brillo que tiene su estrella, que es lo bastante fulgurante como para permitirle que continúe aceptando algunos guiones sin pegarles, ni siquiera, un vistazo.