Suyai: la escuela de hockey que derriba prejuicios y abre esperanzas

Por Malena Pozzobon

Suyai es una escuela de hockey mixto para personas con discapacidad intelectual, sin límite de edad. Promueve un deporte inclusivo y real, donde el trabajo en equipo, el disfrute y las ganas de aprender jugando son los pilares fundamentales.

Para conocer más acerca de esta propuesta deportiva, conversé con Rosa Vieites, fundadora de Suyai, entrenadora voluntaria y referente del Club La Tablada. “La palabra Suyai en quechua significa esperanza. Después de mucho debatir nos gustó por su sentido: esperanza para que el objetivo del grupo deportivo que estábamos creando creciera", reveló. En ese sentido, destacó que se trata de "un espacio donde la diversidad nos enriquece a todos: todos somos distintos, todos aportamos cosas diferentes al equipo".

Acerca de lo que dijo Rosa, me parece importante remarcar que todos aportamos distintas formas de ver al equipo y en ese sentido explicó que este espacio deportivo suma distintas identidades donde se suman personas del Club La Tablada y la del Club Palermo Bajo.

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Discapacidad y deporte

Respecto a los mitos y prejuicios en torno a la discapacidad intelectual en el deporte, Rosa fue contundente: “Los mitos existen, y quien quiera creer en ellos está en su derecho, pero yo no los acepto porque no forman parte de mí. Los prejuicios, lamentablemente, existen en muchos aspectos. Y la única manera de superarlos es con educación e instrucción: que la persona entienda de qué se trata. Si no tiene esas herramientas, no dejará de ser prejuiciosa. Y no hay mejor forma de romper con los prejuicios que demostrando lo que realmente se puede hacer”.

La reflexión invita a detenernos en el poder de las palabras. Emitir un juicio, positivo o negativo, también moldea la mirada social.

En relación a cómo trabajan la motivación y la confianza en el equipo, Rosa relató: “Somos un equipo. Cada uno tiene sus habilidades, derechos y obligaciones. El derecho común es desplegarse, disfrutar del deporte. Y las obligaciones son las mismas para todos: no faltar a los entrenamientos, ser puntuales, colaborar en las tareas. Todos participamos de lo mismo, no hay diferencias”.

Inclusión real

La inclusión real fue otro de los ejes centrales de la charla. Rosa lo expresó desde su propia historia personal: “Soy profesora para ciegos, trabajé más de veinte años en la docencia especial, mi vocación. Fui directora de una escuela de retraso mental en Buenos Aires y estoy casada con una persona con discapacidad. Mi vida siempre estuvo atravesada por la discapacidad". 

En ese sentido, reveló que cuando fundó Suyai pensó en todo lo que quería para su club y el futuro de otras instituciones similares. 

No obstante, admite que no existe aún una inclusión plena: "Todavía nos falta mucho como sociedad. La gente desconoce, no se interesa en comprender cómo vive o cómo entrena una persona con discapacidad. Y la inclusión real llega cuando existe ese conocimiento y esa voluntad de compartir”.

Las historias de Suyai

Entre las historias de Suyai se destaca el caso de Anabel, arquera del equipo, quien tiene 22 años y entrena los sábados en la escuela de hockey del Club La Tablada y participa en partidos fuera de la federación. 

"Lo hace con un grupo Sub 16, atajando como una más. Esa es la verdadera inclusión: Anabel se siente bien en su equipo, y el grupo la acepta con sus limitaciones, pero también con el gran aporte que significa tener una arquera. Ahí está la inclusión real”, relata Rosa.

El caso de Anabel refleja el espíritu de Suyai: una escuela que demuestra cada día que la inclusión es posible cuando la diversidad se entiende como fortaleza y no como obstáculo.

Este es un claro ejemplo donde sí se puede hablar y ver una verdadera inclusión. Yo también soy una fiel creyente que una inclusión verdadera es aquella que todos los días nos enseña a todos como sociedad.

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